El que preside (o quien por turnos se encargue de encabezar la bendición) dice:
Gracias te damos, Divina Providencia, gracias te damos humildemente, porque a todos los seres dispensas el sustento cada día.
Ese sustento que también nosotros recibimos ahora de tu mano, te rogamos que tu santísima bendición le acompañe, manteniendo al espíritu y al cuerpo tan sano que no le dañe ningún mal.
Todos los presentes responden:
Amén.
Concluida la comida, quien la ha bendecido al principio dirá:
Repitamos humildes acciones de gracias al Señor, nuestro Dios, de quien todo bien procede.
Todos los presentes responden:
Bendito y alabado sea por los siglos de los siglos. Amén.
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