Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

18.11.23

Devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María



Al eterno Padre.
Padre Omnipotente, que nos veis celebrar con toda devoción las excelencias del divino Corazón de vuestro Hijo amado, reconociendo con gratitud profunda todos los beneficios de su infinita bondad, hacednos la gracia de que corra con abundancia en nuestras almas el raudal de amor de aquella santa e inagotable fuente. Y pues fuisteis servido de esconder en el virginal corazón de la bienaventurada María las llamas sagradas del mismo divino amor -haciéndolo imagen admirable del Corazón de Jesús-, permitidnos esperar que, por los merecimientos del Hijo y la mediación de la Madre, nos dispensares la honra de alcanzar a imitarlos, para gloria vuestra y salud de nuestras almas.

Amén.




Al Redentor.
¡Oh Corazón de Jesús!, abridnos vuestros tesoros, a fin de que en ellos tomen todos los corazones algunas de las virtudes de las que sois templo vivo.

Corazón amante, Corazón munífico, Corazón centro eterno de todos los bienes, inflamadnos en vuestro divino fuego y dirigid todas nuestras acciones.

Y Vos, Virgen María en su advocación carmelitana, cuyo piadoso Corazón jamás se niega a las súplicas del necesitado, acoged en él las que nuestros corazones elevan en este día, y hacednos merecedores por vuestra intercesión, de que nos toque parte en las riquezas infinitas que el Corazón de vuestro Hijo ha derramado en el vuestro.

Que en aquel Corazón, fuente de misericordias, se laven nuestras iniquidades.

Que en aquel Corazón, trono de la pureza, se purifiquen nuestras almas.

Que en aquel Corazón, foco de caridad, se enciendan los nuestros en el amor divino.

Que en aquel Corazón, santuario de la luz eterna, encontremos los descarriados mortales el camino del cielo.

Corazón clemente de María, no nos rehuseis vuestra asistencia para hacernos gratos al Corazón de Jesús que bendito, alabado, y glorificado sea ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.

(Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

Letanías.
- Corazón de Jesús, que sólo palpitasteis en el mundo a impulsos de vuestro amor por los hombres.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que deseasteis con ardor los tormentos de vuestra pasión, porque con ella redimíais al mundo.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que perdonásteis a vuestros verdugos.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que compadecido de los mismos causantes de vuestra muerte, nos disteis por Madre a vuestra Madre Santísima.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que por la herida abierta por una cruel lanza vertísteis sangre y agua, para lavar las iniquidades humanas.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que habéis dicho: "venid a mí cuantos os sintáis cargados y fatigados, y yo os aliviaré".
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, que encerráis todos los tesoros de la sabiduría divina.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, misterioso vergel donde florecen todas las virtudes.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, manantial de salud donde se curan todas las enfermedades del alma.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, fuente de puras delicias.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, modelo de humildad y de dulzura.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, asilo de los afligidos.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, esperanza de los pecadores.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, reposo de los justos.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, origen de todos los bienes.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de Jesús, remedio para todos los males.
Tened misericordia de nosotros.

- Corazón de María, imagen del de Jesús.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de María, todo puro y todo santo.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de María, siempre abierto para los desgraciados.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de María, que contenéis la maternidad del universo.
Tened misericordia de nosotros.
- Corazón de María, que habéis sufrido todos los dolores y sido colmado de todas las glorias.
Tened misericordia de nosotros.

Conocidos, alabados, bendecidos, amados, servidos y glorificados sean por siempre el Divinísimo Corazón de Jesús, y el Purísimo y Castísimo Corazón de María.

Amén.

(Nota: Esta alabanza del final tiene concedida por Pío VII indulgencia plenaria el día de la Natividad, de la Asunción, y del Sagrado Corazón de María, siempre que se la recite diariamente y después de comulgar se visite un altar dedicado a la Santísima Virgen, rogando por las intenciones del Papa. Es aplicable también a los difuntos).


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