Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

11.10.21

Luces Vespertinas: 29. Mi pureza



¡La preciosa virtud de la pureza! ¡Oh, Señor, líbrame de los apetitos carnales, y que no se apodere de mí la voluptuosidad! ¡No me dejes a merced de un corazón sin pudor! ¡No permitas que mi persona se convierta en carne! ¡No permitas que mi carne domine a mi mente, a mi imaginación, a mis deseos, a mis pensamientos y a mi voluntad!

¡Oh, amigo, no te dejes dominar de la deshonestidad! ¡Oh, joven, no te dejes esclavizar de la impureza! ¡Ten ánimo, que puedes ser casto! ¡Y tú, mujer, ten ánimo, que puedes ser virgen!

Este es el pecado más indigno y el que trae consigo la más larga cadena de pecados.

¿Procuro evitar los pecados de impureza? ¿Guardo la castidad que le corresponde a mi estado? ¿Guardo, además, la pureza de corazón? ¿Me pongo a pensar advertidamente cosas impuras por placer? ¿Guardo la pureza en las conversaciones? ¿Soy procaz, grosero, soez, obsceno en las palabras, en las frases, en los gestos, en las gracias, en las chocarrerías, en las bromas? ¿Guardo la pureza en el trato, repestando como es debido a todas las personas, sean del sexo que sean? ¿Guardo la pureza en las lecturas, no leyendo revistas, periódicos, novelas, folletos malos? ¿Guardo la pureza en los espectáculos y diversiones, no yendo a teatros, cines, bailes, reuniones inconvenientes, y no viendo en la televisión ese tipo de programas?

¿Guardo modestia en mis vestidos, en mis miradas, y en todo, conmigo y con otros?

¡Oh, vosotros, los jóvenes! ¡No sabéis cuántas desgracias y catástrofes vienen a cada paso de esta fuente de impureza! ¡Mal camino es ese! Empieza por un sendero de flores, de arrumacos, de deleites, y acaba en un precipicio tortuoso de dolores!

¿Procuro fortalecerme contra este vicio?

El modo de fortalecerse contra él es este: apartarse de las ocasiones. Es uno de los vicios en donde, quien se aleja, vence. Hay que ser una persona piadosa, y pedir a Dios este don de la pureza. Tener devoción a la Virgen Santísima, nuestra Señora del Carmelo, y comulgar frecuente o diariamente, a ser posible. Además, se deben confesar sinceramente nuestras faltas al confesor.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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