¡Oh Sangre de Jesucristo! Yo te adoro en tu Eucarística Presencia en el Altar, yo creo en tu poder y dulzura. Penetra en mi alma y purifícala; en mi corazón e inflámalo.
Preciosa Sangre de Jesús, realmente presente en la Sagrada Hostia, alumbra mi inteligencia, toma posesión, circula siempre en mis venas, que todos mis sentidos sean marcados con Tu divina unción, que mi corazón palpite por Tu gloria, y que mis labios te exulten por siempre. Amén.
(La Comunión Espiritual puede ser hecha a cualquier hora del día).