El Nombre que llena todos los tiempos y que atraviesa todos los siglos, ¡el Nombre que hace santificantes todas las cosas! Pero, ¿cómo es esto? ¿Será posible que eso que llamamos "voluntad de Dios" pueda hacerme algún mal? ¡De ningún modo! Más bien: a ningún sitio puedo ir yo para encontrar nada mejor, si soy capaz de captar la acción divina sobre mí, recibiendo el efecto de esa divina voluntad. |
(de El abandono en la divina Providencia).