Hoy se celebra la festividad de los santos Santa Eulampia y San Eulampio, una de las festividades de mártires más hermosas de la Iglesia. Ambos murieron en torno al año 310 (siglo IV), es decir, cuando las grandes persecuciones de cristianos de nuestra era, en concreto en la persecución de Diocleciano, en Nicomedia, (Bitinia, actual Turquía).
San Eulampio fue arrestado cuando iba a comprar provisiones para los cristianos que habitaban las cuevas (se supone que él también estaba entre ellos). En los primeros siglos, era habitual que los cristianos tuvieran que esconderse en cuevas y practicar su culto en secreto, por temor a ser detenidos. Si esto ocurría, les esperaban una serie de tormentos bastante crueles, y estancias en cárceles en condiciones infrahumanas, mal alimentados y sin llegar a ver siquiera la luz del sol.
Cuando San Eulampio era llevado detenido, tras haber sido castigado con azotes, para su ejecución por practicar el cristianismo, su hermana Santa Eulampia salió de entre la multitud para animarlo, abrazarlo y consolarle. Es llamativo que ambos hermanos, además, llevasen el mismo nombre. En ese momento su hermana fue también reconocida y detenida, y sufrió el martirio junto a su hermano (ambos fueron degollados).
El ejemplo de estos valerosos cristianos y mártires es una hermosa lección sobre el amor fraternal, y el amor entre hermanos que lleva a ignorar las dificultades y peligros por estar juntos..., incluso compartiendo la misma muerte.
Nota: La segunda imagen corresponde a la miniatura de un manuscrito greco-georgeano del s. XV, en donde se representan ambos santos.
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