Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

8.9.18

Sábado, día de nuestra Señora Santa María del Carmelo (5)



- ¿Cuáles otras razones místicas podéis aún aducir de la dedicación del sábado a la Virgen María?
Puedo asignar otras tres tomadas también del sábado, según la situación que guarda en la semana. Porque lo primero, el sábado es, en ella, el último día, que la completa y la termina; lo segundo, es día intermedio entre el viernes y el Domingo; lo tercero, es inmediatamente anterior al mismo Domingo, día festivo.

- Todo eso es muy claro y muy cierto, pero no comprendo su explicación.
Voy a explicarme. El sábado es la terminación de la semana, y por consiguiente, de los negocios y asuntos de la vida terrena, que se acaban o se suspenden hasta nueva semana. Así la Santísima Virgen es como el término de todas las criaturas, la consumación de las empresas, porque contiene, formal o enminentemente, las perfecciones de las criaturas todas. El sábado es el resumen de todas las obras: María es el resumen de todas las cosas. En la creación el Señor "completó sus obras en el día séptimo", como oímos decir al Génesis, y en la redención completó Dios todo en María, de la cual nació Jesús, Salvador del mundo. Por eso mismo Ricardo la llama: "complemento después de Jesucristo, de todas las cosas hechas y por hacer" (De laudib. Virg. lib. 11). Cuarta razón simbólica de consagrar el sábado a Nuestra Señora.




- ¿Y del sábado intermedio entre el viernes y el Domingo?
Aquí se da otra bella armonía que no se ha ocultado a los antiguos autores, y es que así como el viernes es día de pasión, de angustia y de tristeza, y el Domingo día de resurrección, de gloria y de alegría, y no se pasa del uno al otro sino por el sábado, así de este valle de tristeza y de lágrimas que es este suelo no podemos pasar a ver a Jesucristo en los gozos de la gloria sino por medio de la Reina y Madre de misericordia, que por eso es mediadora, abogada e intercesora.

Entre el viernes y el Domingo está el sábado; entre el suelo y el Cielo está Santa María; entre el destierro y la patria está Santa María; entre el hombre y Dios está Santa María. Mediadora, dice Ernesto (autor antiguo) entre la Jerusalén militante y la Jerusalén triunfante, a ésta, alegrándola, a la otra, regándola y fecundándola. Quinta razón de asignarle el día sábado.

- ¿Y respecto al sábado, víspera del Domingo?
Uno de los nombres más bellos que da la Iglesia a la Virgen Santísima es el de "Puerta del Cielo", en las letanías le llama "Janua Caeli", que quiere decir "puerta grande" o zaguán, porque por ella pasan los justos y los pecadores, como por un zaguán pasan hombres y animales; en el Ave Maris Stella, se la canta "Felix Caeli porta" ("Puerta dichosa del Cielo"), y porque por ella pasó el Rey del Cielo, y porque si Eva fue puerta de la muerte, y por eso infeliz, Santa María es Puerta de la vida, y por ello muy feliz; en una de las antífonas finales del Oficio, se la saluda diciendo: "¡Salve raíz, salve oh puerta, por la que al mundo nació la luz!". Con la Iglesia, los padres y Doctores la llaman Puerta de la gloria, Puerta feliz, porque nos introduce a la felicidad eterna; Puerta del cielo porque allá nos lleva por su intercesión y por los ejemplos de su vida; "Puerta -explica Gilberto Abad-, de la que dice Ezequiel Profveta que 'no se cerrará hasta la víspera', porque el recurso a su clemencia no se cierra jamás hasta el fin de los siglos, para quien piadosamente acuda a ella". Otros padres la llaman Puerta del paraíso, Puerta de salud, Puerta de vida, Puerta de misericordia..., muchísimos la apellidan Puerta de la luz.

- Todo lo que explica es excelente para gloria de Nuestra Señora, pero, ¿a dónde quiere concluir?
En el simbolismo del sábado. Puesto que el Domingo significa la gloria, porque los seis días de la semana que le preceden indican los trabajos del destierro, y el día festivo, la festividad de la gloria; como el sábado es la puerta del Domingo, por eso significa la puerta de la gloria, pues el sábado como que abre y deja pasar al día Domingo que por él viene. "Así, -dice Beleto-, puede darse esta razón del sábado consagrado a Santa María, y es que siendo ella la Puerta del reino de los cielos, que es muy bien figurado por el Domingo, justamente la celebramos en el día sábado que justo le antecede".

- ¿Algo que añadir acerta de estas tres últimas razones?
Notaremos que por la primera: sábado complemento de la semana, Santa María complemento de las obras de Dios, somos invitados a hacerle el resumen de nuestras obras, de nuestras empresas; el fin de nuestros pasos, el complemento de nuestras devociones y preces, por supuesto después de Jesucristo. Por la segunda: sábado intermedio entre el día de pasión y el de gloria, Santa María intermedia entre el cielo y la tierra, quiere decir que ella es nuestra intercesora y mediadora ante su Hijo, que por ella han de ir al Señor Jesucristo nuestros afectos, nuestros deseos, nuestras buenas obras, y por su medio hemos de pedir todas las gracias. Por la tercera razón: sábado puerta del Domingo, Santa María puerta del cielo; somos amonestados de que por esta puerta hemos de pasar para llegar a la bienaventuranza, que no debemos cerrarla con nuestras ingratitudes, sino tenerla siempre abierta con nuestros obsequios, en especial con el rezo diario del sacratísimo rosario, en cuyas letanías la llamamos: "Puerta del Cielo", y al fin de cuyas decenas le rogamos que nos la abra con aquella jaculatoria:

"Emperatriz poderosa, de los mortales consuelo:
ábrenos Virgen el Cielo, con una muerte dichosa".

Gabino Chávez, Pbro. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com