- Pasemos ahora de la parte histórica a la parte mística: ¿cuáles son las razones por las que el día del sábado ha sido consagrado a la Madre de Dios?
Quiero hablar detenidamente de esas razones o motivos, y los divido en dos grupos: uno que llamaré motivos literales, y otro que llamaré motivos simbólicos o místicos.
- Comenzad pues por los literales.
El primero y profundísimo, es la inspiración del Espíritu Santo. Pues que la Iglesia por medio de los Apóstoles así lo instituyó, como la Iglesia está gobernada por el Espíritu Santo, está claro que con su inspiración procedió en ello, y por consiguiente, que aún cuando no hallásemos otro motivo, este sería bastante para inspirarnos gran veneración y respeto.
- Ciertamente; pero no estando prohibido buscar otras razones para nuestra edificación, comenzad a señalarlas.
La segunda razón (después de la divina ordenación mencionada), es la que muchos doctores dan con San Bernardo, y la diremos con sus propias palabras: "María, la única bendita entre las mujeres, fue también la única que permaneció constante en la fe, en aquel tristísimo sábado que siguió a la pasión del Señor, por lo cual muy convenientemente la Iglesia acostumbró a celebrar en el curso del año entero el día del sábado en honor y alabanza de la Virgen María".
- Pero pregunto: ¿qué razón hay de celebrar sus dolores y no más bien sus gozos?
Hoy todo se venera y solemniza, pero en los primeros tiempos de la Iglesia no se celebraban más santos que los mártires, y pues esos dolores formaron como el martirio de Nuestra Señora, por eso se consagró un día a celebrarlos. Mártir la llaman San Bernardo, San Buenaventura, San Jerónimo, San Bernardino de Siena, y otros Doctores.
- Y otros santos, ¿confirman esta razón de San Bernardo?
Escuchémosles: Santo Tomás dice "guardamos el sábado en veneración de la gloriosa Virgen en la cual en tal día permaneció toda la fe" (Op. 4 explic. 3 Decalog. praecept.). San Buenaventura: "sepultado el Señor, y dispersos los discípulos, solo en María permaneció la fé de la Iglesia universal". San Antonino en su Suma: "así como se honra al Señor en el Oficio dominical, por su resurrección, así también se honra a Nuestra Señora en el día del sábado, porque en ese día, muerto su divino Hijo, y extinguida en sus discípulos y en todos la fe en su Divinidad, descansó en ella sola".
- ¿Cual es la tercera razón literal?
La de Alejandro de Halés, célebre doctor, cuya razón aunque muy semejante a las anteriores, es empero distinta; la diremos con sus palabras: "porque así como en la feria sexta se honra y celebra la pasión del Señor, puesto que María Santísima también padeció con él, justo es honrar su compasión; y como el viernes se honraba la del Hijo, convenía en el día siguiente honrar la de la Madre, que aunque sufrida en el mismo día, duraba aún el sábado en toda su vehemencia".
- ¿Hay alguna otra razón de la misma clase?
Sí. La cuarta es, dice el padre Costero, jesuita, para que recordándole los sábados a la Santísima Virgen lo que en favor nuestro sufrió en ese día, la hagamos más solícita y propicia para consolarnos en nuestras penas y aflicciones. La quinta, del mismo piadoso padre, para que ya que la gentilidad consagraba el sábado a Saturno, que creía el padre de los dioses, aboliendo tal superstición fuese consagrado a la verdadera Madre del Dios verdadero. La sexta, para preparar y disponer el culto del Señor en el Domingo, con el de Nuestra Señora en el sábado; la séptima, para honrar ese día que fue festivo durante cuatro mil años, y cesó de serlo en la Ley nueva por divina inspiración. Tales son las razones literales.
Gabino Chávez, Pbro. | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com