Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

11.5.18

Diario de Santa Gemma Galgani [22]


Jueves, 9 de agosto de 1900
También hoy, después de haber sostenido una gran batalla con el enemigo auxiliada de Dios, ha venido el Ángel de la Guarda, que riñéndome y muy severo me ha dicho:

- Hija, acuérdate de que faltando a la obediencia, sea en lo que fuere, cometes siempre pecado. ¿Por qué eres tan reacia a obedecer al Confesor? Acuérdate también que no hay camino más seguro y breve que el de la obediencia.

¿Y a qué viene hoy todo esto? Pues por mi culpa. Merecería cosas peores, pero Jesús usa siempre conmigo de misericordia.




¡Ay de mí, qué repugnancia siento esta tarde! Desde esta mañana me siento muy cansada, es todo desgana, mala voluntad, pero con la ayuda de Dios quiero vencerme ([Este mismo día, 9 de agosto de 1900, la señora Cecilia, escribiendo al Padre Germán, le decía lo siguiente:
"Hoy es jueves, y esta tarde se dispone a sufrir como si se preparase para una fiesta. Estoy sola; si pudiera estar también usted, cuántas cosas podría entender y podría hacerme entender también a mí, que entiendo tan poco ... Los jueves Jesús le da su corona de espinas y se la aprieta un poco, y entonces hilillos de sangre comienzan a correr por toda la cara hasta empapar la almohada; así sufre por espacio de una hora; luego Jesús la bendice, como también al sagrado Colegio, y la deja; pero la corona no se la quita, sino que se la deja hasta el viernes; la sangre, empero, no se ve ya, excepto en el momento en que se la quita, que es hacia las tres o las cuatro del viernes; durante este tiempo tiene grandes dolores de cabeza, pero nadie se da cuenta. Y basta ya de esto: me parece que le he dicho demasiado; usted haga lo que le parezca. Ahora le diré que, mañana salgo para Controne, donde permaneceré hasta la Asunción. Gema queda con las Hermanitas durante el día; por la noche va a su casa. Cuando tenga tiempo, le escribe, pues sus cartas le hacen mucho bien, lo mismo que a mí".])

Es jueves y por eso me encuentro tan impaciente. Cuando llega esta tarde me sucede siempre lo mismo. Sí, padecer, padecer por los pecadores, y de una manera particular por las pobres almas del purgatorio, sobre todo por... ([Por la Madre María Teresa, según Gema dice poco después.]). Ya sé por qué se apodera tan pronto de mí esta desgana. Otras tardes me venía pocas horas antes. Es porque hoy me dijo el Ángel que Jesús quería hacerme sufrir esta tarde una hora más, esto es, dos horas. Comenzará a las nueve, y ello por un alma del purgatorio. Sin permiso del Confesor, pero acostumbra a no reñirme por ello, al contrario lo quiere y lo puedo hacer muy bien.

Ayer tarde ([La Santa continúa el día siguiente, viernes, 10 de agosto.]), a eso de las nueve, o poco menos, comencé a sentirme un poco mal, me fui pronto a la cama, pero hacía rato que venía sufriendo. El dolor de cabeza era extraordinario, el menor movimiento que hacía me causaba penas terribles. Sufrí dos horas, como Jesús quería, por la Madre Teresa, luego me desnudé con mucho trabajo y me metí en la cama, comenzando la hora. Fue muy dolorosa, pero en compañía de Jesús, ¡qué no se haría!

Santa Gemma Galgani | Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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