Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

29.8.17

Vivirlo uno mismo


He leído durante mi vida bastantes libros de autoayuda. E intentado poner sus recetas en práctica, cumplir sus consejos... No me han servido de nada. Lo que allí ponía su autor (o autores) que iba a pasar, no pasaba.

He leído también libros del tipo "cómo hacerse millonario", "cómo conseguir la fama", "como triunfar en la vida", etc., etc., etc. Todos ellos estaban plagados de recetas huecas, fórmulas vacías. Consejos vanos. Alguno de ellos he intentado seguir al pie de la letra y solo acabé más desgraciado de lo que ya era.




Con esto no estoy diciendo que todo de lo que allí escriben sus autores no funcione, algunas cosas sí son útiles, pero son útiles en el contexto, situación y carácter que su autor los vivió. No suelen ser extrapolables.

Durante casi diez años pasé a imbuirme de la filosofía oriental, de las artes de meditación, las técnicas zen y zazen, las artes marciales... Te exigían enormes sacrificios para -decían- "alcanzar la iluminación", la perfecta unión con el mundo material. Inténtalo si quieres perder el tiempo.

Sin embargo cuando uno lee a los grandes santos, a los que fueron mártires, a los doctores de la Iglesia, y se pone a vivir y a experimentar lo que ellos recomiendan, cae en la cuenta de que realmente ocurre lo que dicen. Ya no es algo escrito que se queda en simple teoría: uno lo vive, y entonces descubre la realidad. Lo que es real, y lo que es simple banalidad, teoría y fantasías.

Todas esas películas, programas, métodos y diversas creencias y manuales, te prometen un divertimento instantáneo pero, ¿y después? Después tienes que enfrentarte a tus problemas cotidianos, a tu día a día, a tus enfermedades, a tus preocupaciones. Ante eso no pueden hacer nada, y te abandonan. Solo te queda la solución de volver a emborracharte, o a evadirte por otro rato.

Solo Cristo da esperanza, y solo su Palabra sirve para tu día a día y para tus problemas. Sólo Cristo es remedio eficaz que da aliento, visión y gracia.

| Redacción: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy de acuerdo en lo que dices, algo de eso también pasa hoy en día con el abuso que se hace de las pastillas para calmar las heridas del corazón y para apartar la mala conciencia, en mi caso también he sido un devorador de todo tipo de libros y ninguno me ha mejorado en nada, pero cuando inmerecidamente me fue revelado por la gracia del SEÑOR el Evangelio de Cristo y lo entendí fue cuando me di cuenta de todo, se me cayó la venda de los ojos y fui consciente de que había vivido en la mentira y de la rabia que me dio al sentirme engañado arroje a la basura cientos de libros de todo tipo, me sentí estafado por una sociedad decadente y que además se avergüenza y que oculta a DIOS, entonces fue cuando me di cuenta que todo lo que había leído no eran más que doctrinas de demonios y por lo tanto basura.

    Me ha costado mucho encontrar la verdad, y estúpido de mí, tenía la verdad delante, que ciego he estado y que necio he sido, pero al final reconozco que solo en la mente de Cristo esta la verdad absoluta, no hay nada de verdad fuera de Cristo; Ahora solo tengo la Biblia y mi diccionario enciclopédico, ya he perdido bastante tiempo leyendo libros basura.


    1 Corintios 3:18-23

    *La sabiduría de este mundo es necedad.

    18 Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
    19 Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: El prende a los sabios en la astucia de ellos.
    20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.
    21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro:
    22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro,
    23 y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

    Amén

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