En unión con el Hijo y el Espíritu Santo.
Pongo por mi intercesora a la Santísima Virgen María Carmelitana, mi amadísima Madre del Cielo.
Dios Todopoderoso y Eterno, heme aquí postrado ante tu Divina Majestad: yo te adoro humildemente y te ofrezco todos mis pensamientos, palabras y acciones de este nuevo día.
Deseo hacerlo todo por tu amor y tu gloria, para cumplir tu santa voluntad, para servirte, para bendecirte y alabarte, para ser iluminado en los misterios de la fe, para asegurar mi salvación, la que el Señor Jesucristo me mereció con su vida, pasión, muerte y resurrección.
Para satisfacer a tu divina justicia por todos los pecados que he cometido contra Ti, bondad infinita.
Yo confío en tu gran misericordia.
Para obtener a todos los pecadores la gracia de una verdadera conversión.
Yo deseo hacer mis obras de hoy con les mismas intenciones que tuvieron sobre la tierra Nuestro Señor Jesucristo, la Virgen Santa María y todos los santos.
Dame, Señor y Dios mío, tu santa bendición y la gracia eficaz, por los méritos de Cristo, para que nunca rompa la comunión de vida y de amor contigo, que recibí en el santo bautismo.
Que viva en tu amistad y gracia todos los días de mi vida.
Santa María del Monte Carmelo, llena de gracia, ruega por mí.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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