Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

12.4.17

Boletín número 79 de la causa de beatificación del Beato Eufrasio del Niño Jesús


No son muchos, por desgracia, los escritos que conservamos del beato Eufrasio. El tiempo, en ocasiones como esta, es mal consejero... Iremos, no obstante, ofreciendo paso a paso algunos de ellos, principalmente sus homilías. La primera corresponde al domingo dentro de la octava del Corpus Christi. En él se anuncia el gran banquete y nuestro beato así lo declara.

La parábola del banquete nupcial
Lc. 14. 16-24.

22 1 Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo: 2 "El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. 3 Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. 4 De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas". 5 Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; 6 y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.

7 Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. 8 Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. 9 Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren". 10 Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.

11 Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. 12 "Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?". El otro permaneció en silencio. 13 Entonces el rey dijo a los guardias: "Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes". 14 Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos".




"En esta hermosa parábola [...] descubrimos dos sentidos aparentemente distintos: uno el que le dio N. Señor Jesucristo al pronunciarla, otro el que parece darle la Iglesia al recitar este Evangelio dentro de la octava del Santísimo Sacramento. Pero si reflexionamos atentamente, vemos que en realidad no tiene más que una e idéntica significación. Traduciendo al lenguaje llano términos poéticos o metafóricos en que la parábola se desenvuelve, N. Señor quiso significar lo siguiente: el Eterno Padre, llegada la plenitud de los tiempos, envió al mundo a su Hijo Unigénito para que se desposase con la humanidad caída. Los primeros convidados al festín de bodas eran los judíos, el pueblo de la promesa y el elegido por Dios para que en él se realizase la generación humana del Verbo. Dios mandó a los ángeles y ministros temporales que predicasen al pueblo de Dios la fe en el Redentor. Mas abstraídos y sordos a la voz de lo alto, no quisieron oírles. Entonces el Señor ordenó a sus emisarios que recorriesen las plazas y las encrucijadas de la gentilidad y aquellos que parecían destinados a perecer en las tinieblas del error y de la ignorancia son llamados a poblar el reino de su Gracia y de su fe, cumpliéndose exactísimamente lo que el Señor había de decir: "Los primeros serán los últimos y los últimos los primeros".

Esto es lo que Jesús quiso significar en la parábola, la vocación de las gentes a la fe.







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