Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

6.12.19

Las exequias por los difuntos


El Concilio Vaticano II decidió que las exequias "debían expresar más claramente el sentido pascual de la muerte cristiana" (SC 81). La Congregación para el Culto divino publicó el nuevo "Ritual de exequias" el 1 de junio de 1970 que ofrece muy variados materiales para este fin. "Es necesario que los cristianos recuperen el sentido pascual de la celebración cristiana de la muerte y que, a través de las exequias, afirmen su fe y esperanza en la vida eterna y en la resurrección" (Ritual 11).

Más que subrayar los aspectos lúgubres, habrá que insistir en el sentido de fe y esperanza. Las exequias o conjunto de celebraciones de la muerte cristiana ofrecen múltiples aspectos.





ORATORIO CARMELITANO



- Son una celebración de la Iglesia que se prolonga a través de todos los ritos funerarios. Por tanto tienen un sentido comunitario y debe prevalecer este sentido sobre el personal o familiar. Es toda la Iglesia la que celebra el Misterio Pascual, expresa su fe y ora por el difunto (Ritual 21). Los fieles deben participar activamente en estas celebraciones (acompañamiento, oración, canto). El sacerdote tiene aquí un papel preponderante y también los laicos como colaboradores.

- Esta celebración tiene diversos momentos: Confesión y Viático, recomendación del moribundo, oración al momento de expirar, al colocar el cuerpo en el cajón, el velorio, levantamiento del cadáver y la procesión a la Iglesia, la celebración de la Eucaristía como momento culminante, la procesión al cementerio, la bendición de la tumba y la colocación del cadáver en ella con la despedida final. No es necesario "celebrar" todos esos momentos.

- Son proclamación de la Palabra de Dios que debe hacerse en todos los momentos en que se reúne la comunidad en torno al difunto. Esta Palabra "proclama el Misterio pascual, alienta la esperanza de los que sufren ante la muerte, enseña la piedad para con los difuntos y exhorta al testimonio de la vida cristiana" (Ritual 47).

- El momento central debe ser la celebración de la Eucaristía que actualiza la muerte y resurrección de Cristo.

- Son oración de la Iglesia que encomienda al difunto a la misericordia de Dios, según tradición que viene desde sus orígenes.

La Iglesia acepta la cremación del cadáver, pero prefiere la inhumación por el simbolismo de depositar el cuerpo en la madre tierra "como el agricultor siembra la semilla en el surco, con la esperanza de que un día renacerá convertido en cuerpo transfigurado y glorioso" (Ritual 9).

Se celebra la muerte con prisa: en un día hay que hacer todos los trámites, reunir la familia dispersa, atender a los vecinos que vienen..., y casi no queda tiempo para orar. Y sin embargo es la ocasión más importante para consolar a la familia y llegar a los alejados. Aquí se reúnen los católicos practicantes, los tibios, los agnósticos y ateos y hasta los de otras religiones. Es importante la comunicación con todos y la proclamación del mensaje cristiano.