Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

3.10.19

La Escuela del Sagrado Corazón de Jesús: 5. La Santa Misa


Hay una multitud de métodos excelentes para asistir con fruto al santo Sacrificio de la Misa, no hay necesidad de indicar al verdadero creyente ninguno en particular. La Santa Misa es la continuación del Sacrificio cruento ofrecido en el árbol de la Cruz por Nuestro Señor Jesucristo. Por consiguiente, siendo nosotros hijos del Calvario, tenemos nuestro puesto al pie del altar, donde debemos permanecer como lo hubiéramos hecho al pie de la Cruz, en compañía de la Santísima Virgen, de San Juan, y de Santa Magdalena, consolando y acompañando a Jesús víctima durante tres horas de agonía, como si se nos hubiera sido concedido hallarnos realmente presentes al gran sacrificio de la Cruz.

Debemos unirnos a las disposiciones interiores de los corazones purísimos y constantemente inmolados de Jesús y María, ofrecerse con ellos en sacrificio a la Santísima Trinidad, glorificar a Dios y darle gracias por todos sus beneficios y su compasión para con nosotros.





ORATORIO CARMELITANO



Después de la elevación, recitemos la preciosa Ofrenda, pongamos nuestra alma en la herida del divino Corazón, para que se purifique en este manantial de vida que de ella sale.

Quienes estén privados o no puedan asistir todos los días al santo Sacrificio de la Misa, supliquen a sus santos ángeles Custodios hagan sus veces y acudan por ellos, uniendo su corazón a los sacerdotes que sin cesar inmolan la santa Víctima en algún altar alrededor del mundo entero, y realizando una comunión espiritual.

El domingo, en que la Misa es obligatoria, asistan a ella con profundo recogimiento y singular piedad. Si es posible, hagan todos los domingos una hora de adoración y alabanza suplementaria, en reparación de la profanación de los días santos consagrados al Señor.