Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

28.10.17

Novena por las ánimas del Purgatorio. Día quinto


- Ver días previos -.

Novena en sufragio de las benditas almas del Purgatorio.

Día quinto.

Por la señal de la Santa Cruz...

Oración preparatoria para todos los días:
Esposas muy queridas del Señor que arrojadas a la cárcel del Purgatorio sufrís indecibles penas, careciendo de la presencia del Amado hasta que os purifiquéis como oro en crisol de vuestras culpas por completo; vosotras que desde esas voraces llamas clamáis misericordia, sabed que me compadezco de vuestro dolor y quisiera tener caudal suficiente para satisfacer vuestra deuda. Pero ya que soy más pobre que vosotras mismas, apelo a la piedad de los justos, a los ruegos de los bienaventurados, al tesoro de las indulgencias, a la intervención de María Santísima y a la Sangre de Jesucristo, para que por este medio logréis el deseado consuelo, y yo adquiera la gracia de detestar cualquier culpa, aún la más ligera, y de vencer mi pasión dominante hasta que el Señor nos lleve a todos a la Gloria. Amén.



Día 5:
LUGAR DE PENAS
La Iglesia nunca señaló el lugar del Purgatorio. Unos dicen que las almas purgan sus pecados en el mismo lugar donde los cometieron, otros que padecen en el mismo infierno, en el mismo cadáver de su cuerpo, en el centro de la tierra..., lo que sabemos cierto es que sufren tormentos horrorosos.

Dios pone las almas en estos tormentos no para aniquilarlas, sino para que se purifiquen y puedan luego ser trasladadas a las mansiones eternas del Cielo.

LAS ALMAS: Terrible es este lugar donde nos puso la Justicia de Dios y donde nos hace permanecer al olvido de nuestros familiares, que no se dignan mandarnos una súplica para que la misericordia de Dios se apiade de nosotras.

Recemos ahora tres Padrenuestros, Avemarías, Gloria y Requiem [el Requiem es: "Dadles Señor el descanso eterno, y brille para ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén"] en memoria de la Pasión de Jesucristo, y en sufragio de las almas del Purgatorio, con la siguiente jaculatoria:

Eterno Padre, por la preciosísima sangre de Jesús, misericordia.

Oración final:
¡Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles! Conceded a las almas de vuestros siervos y siervas el perdón de todos sus pecados, para que consigan por nuestras piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon. Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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