Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

24.8.17

Oración vespertina


Antes que llegue el término del día
te suplico, Creador del mundo,
que por tu dulce y universal clemencia
seas nuestro gobierno, guarda y guía.

Huyan lejos los pesados sueños,
y los fantasmas de la oscura noche,
aleja nuestro sórdido enemigo,
no sean nuestros cuerpos ensuciados.

Concédenos los que te pedimos, Padre de piedad,
y al Padre igual también único Hijo,
con el Espíritu de consuelo Santo,
que por un siglo, y otro siglo, reinas. Amén.




Sávanos, Señor, despiertos; guárdanos dormidos, para que velemos con Cristo, y descansemos en paz.

Guárdanos, Señor, como a la niña del ojo, protégenos bajo la sombra de tus alas.

Dígnate, ¡oh Dios nuestro!, en esta noche librarnos de pecado. Apiádate de nuestro estado, y vuelve con piedad tu vista hacia nosotros. Tu gran misericordia, gran Señor, tu gracia y tu bondad, descienda entre nosotros, porque en ti, Dios, tenemos esperanza.

Señor, oye mi súplica gustoso.
- Y llegue a tu oído mi clamor.

Oremos:
Visita, Señor, como solicitamos, esta habitación, y lanza lejos de ella todas las acechanzas del enemigo: habiten en ella tus Santos Ángeles, que nos guarden en paz, y tu bendición esté siempre sobre nosotros. Te lo pido en nombre de Cristo nuestro Señor.
Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com

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