Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

26.1.22

Novena al glorioso patriarca San José (4)



Por la señal...


- Acto de contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.

Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.

Amén.

- Oración para todos los días:
Oh gloriosísimo padre de Jesús, Esposo de María, Patriarca y protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos, a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesario de esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcáncanos especialmente estas tres gracias:

- la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad;

- la de un sincero amor y devoción a Jesús y a María,

- y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos.

Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.

(se hace la petición que se desea).


- Oración para el día cuarto:
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado de la pena que le causó la profecía de Simeón, mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos concedas la gracia de ser de aquellos para quienes tú sirves no de ruina, sino de resurrección, y que correspondamos fielmente a tu gracia para que vayamos a tu gloria.


- Oración para todos los días:
Oh custodio y padre de Vírgenes, San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas personas de Jesús y María, te ruego y suplico me alcances que, preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.


Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María,
asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María,
con vos descanse en paz el alma mía.



(Ahora se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).


- Conclusión:

Antíph.:
Ipse Iesus erat incipiens quasi annorum triginta, up putabatur, Filius Ioseph.

Ora pro nobis, Sancte Ioseph.
Respuesta: Ut digni effciamu promissionibus Christi.

Oremus:
Deus, qui ineffabii providentia Beatum Ioseph Sanctissimae Genitricis tuae Sponsum eligere dignatus es: praesta, quaesumus, ut quem protectorem veneramur in terris intercessorem habere mereamur in coelis. Qui vivis, et regnas in saecula saeculorum.

Amén.


(en español):

Antífona:
Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treina años, hijo, según se pensaba, de José.

San José, ruega por nosotros.
Respuesta: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración:
Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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25.1.22

Novena al glorioso patriarca San José (3)



Por la señal...


- Acto de contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.

Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.

Amén.

- Oración para todos los días:
Oh gloriosísimo padre de Jesús, Esposo de María, Patriarca y protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos, a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesario de esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcáncanos especialmente estas tres gracias:

- la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad;

- la de un sincero amor y devoción a Jesús y a María,

- y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos.

Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.

(se hace la petición que se desea).


- Oración para el día tercero:
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en el doloroso misterio de la Circuncisión, recibiendo de él el dulce nombre dè Jesús, así te suplicamos humildemente, por la intecesión de San José, nos concedas pronunciar siempre con amor y respeto tu santísimo nombre, llevarlo en el corazón, honrarlo en la vida, y profesar con obras y palabras que tú fuiste nuestro Salvador y Redentor.


- Oración para todos los días:
Oh custodio y padre de Vírgenes, San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas personas de Jesús y María, te ruego y suplico me alcances que, preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.


Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María,
asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María,
con vos descanse en paz el alma mía.



(Ahora se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).


- Conclusión:

Antíph.:
Ipse Iesus erat incipiens quasi annorum triginta, up putabatur, Filius Ioseph.

Ora pro nobis, Sancte Ioseph.
Respuesta: Ut digni effciamu promissionibus Christi.

Oremus:
Deus, qui ineffabii providentia Beatum Ioseph Sanctissimae Genitricis tuae Sponsum eligere dignatus es: praesta, quaesumus, ut quem protectorem veneramur in terris intercessorem habere mereamur in coelis. Qui vivis, et regnas in saecula saeculorum.

Amén.


(en español):

Antífona:
Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treina años, hijo, según se pensaba, de José.

San José, ruega por nosotros.
Respuesta: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración:
Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




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24.1.22

Novena al glorioso patriarca San José (2)



Por la señal...


- Acto de contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.

Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.

Amén.

- Oración para todos los días:
Oh gloriosísimo padre de Jesús, Esposo de María, Patriarca y protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos, a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesario de esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcáncanos especialmente estas tres gracias:

- la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad;

- la de un sincero amor y devoción a Jesús y a María,

- y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos.

Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.

(se hace la petición que se desea).


- Oración para el día segundo:
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y desamparo en Belén, con tu nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y visitas de los pastores, así también te suplicamos humildemente por intercesión de San José que nos concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparos de esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y con tu gracia, y con la esperanza de la gloria venidera.


- Oración para todos los días:
Oh custodio y padre de Vírgenes, San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas personas de Jesús y María, te ruego y suplico me alcances que, preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.


Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María,
asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María,
con vos descanse en paz el alma mía.



(Ahora se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).


- Conclusión:

Antíph.:
Ipse Iesus erat incipiens quasi annorum triginta, up putabatur, Filius Ioseph.

Ora pro nobis, Sancte Ioseph.
Respuesta: Ut digni effciamu promissionibus Christi.

Oremus:
Deus, qui ineffabii providentia Beatum Ioseph Sanctissimae Genitricis tuae Sponsum eligere dignatus es: praesta, quaesumus, ut quem protectorem veneramur in terris intercessorem habere mereamur in coelis. Qui vivis, et regnas in saecula saeculorum.

Amén.


(en español):

Antífona:
Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treina años, hijo, según se pensaba, de José.

San José, ruega por nosotros.
Respuesta: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración:
Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

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23.1.22

Novena al glorioso patriarca San José



Por la señal...


- Acto de contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno.

Propongo firmemente no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.

Amén.

- Oración para todos los días:
Oh gloriosísimo padre de Jesús, Esposo de María, Patriarca y protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos, a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesario de esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcáncanos especialmente estas tres gracias:

- la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad;

- la de un sincero amor y devoción a Jesús y a María,

- y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos.

Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.

(se hace la petición que se desea).


- Oración para el día primero:
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo, dudando al abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos los casos dudosos y angustias de nuestra vida, para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.


- Oración para todos los días:
Oh custodio y padre de Vírgenes, San José, a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia Cristo Jesús, y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas personas de Jesús y María, te ruego y suplico me alcances que, preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.


Jesús, José y María,
os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María,
asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María,
con vos descanse en paz el alma mía.



(Ahora se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria).


- Conclusión:

Antíph.:
Ipse Iesus erat incipiens quasi annorum triginta, up putabatur, Filius Ioseph.

Ora pro nobis, Sancte Ioseph.
Respuesta: Ut digni effciamu promissionibus Christi.

Oremus:
Deus, qui ineffabii providentia Beatum Ioseph Sanctissimae Genitricis tuae Sponsum eligere dignatus es: praesta, quaesumus, ut quem protectorem veneramur in terris intercessorem habere mereamur in coelis. Qui vivis, et regnas in saecula saeculorum.

Amén.


(en español):

Antífona:
Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treina años, hijo, según se pensaba, de José.

San José, ruega por nosotros.
Respuesta: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oración:
Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

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16.1.22

La devoción de la flor a María



Cuántos veces seguramente te habrán venido deseos de ser verdaderamente devoto de Nuestra Señora, oyendo ponderar las excelencias de la devoción a María, y temor de que tu devoción no sea verdadera.

Muchas prácticas hay para ejercitar esta devoción, pero una de las más deliciosas es la llamada "Flor de María", que en efecto, es la flor de entre las flores tal vez de las devociones marianas. Y se llama "La Flor" porque precisamente consiste en ofrecer todos los días a la Virgen una flor, es decir, un obsequio, un acto de alguna virtud, practicada por amor a María.

Se practica este acto durante el día, y a la noche se le ofrece a la Virgen, con esta o con otra oración parecida:

Azucena sin mancha, Rosa de Jericó, Flor sin espinas de la que nació el fruto divino de Jesús. Yo te suplico humildemente que te dignes aceptar el obsequio que hoy he hecho en tu honor, y la flor que te he cogido para tu gloria. Dame en cambio tu bendición, sálvame y santifícame.

Avemaría.


Luego, para más constancia se apunta el obsequio que se ha realizado en un cuadernito cada día, con una raya sencilla o con el número del obsequio que se ha hecho, o de "La Flor" que se ha escogido para ofrecer a la Virgen.

Si no eres todo lo buen cristiano que deberías, ofrece a la Virgen vencer alguna pasión o tentación. Por ejemplo, vencer una tentación deshonesta, evitar una mala conversación, romper un mal libro, no ir a un espectáculo banal o malo...

Si eres un cristiano más ferviente o más avanzado, ofrece otros actos mejores, como no cometer algunos pecados veniales, vencer algunas pasiones, evitar algunos defectos, practicar alguna obra de caridad o de virtud.

Si tienes ánimo y poder, ofrece algún obsequio extraordinario alguna vez

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