La devoción a la cruz es absolutamente central en la espiritualidad de San Luis María Grignion de Monfort, como en tantos otros santos cristianos. Encabeza con frecuencia sus cartas con el lema: "¡Viva Jesús, viva su cruz!". En una de sus obras principales, "El amor de la Sabiduría eterna", ofrece un programa completo de vida cristiana fundamentado en la cruz de Cristo (capítulos XII-XIV). Son también muy hermosos los cánticos que dedica a la cruz, especialmente el 11, "La fuerza de la paciencia", de treinta y nueve estrofas; el 13, "La necesidad de la penitencia", y el 19, "El triunfo de la cruz".
En la Francia de 1700 existe en muchas diócesis una asociación de fieles llamada "Los Amigos de la Cruz", y Montfort la establece en Nantes, en 1708, al terminar la misión que dio allí en una parroquia.