Oración inicial:
Glorificado sea el Señor, que se dignó santificar al bienaventurado Precursor del Mesías desde antes que, saliendo del claustro materno, comenzara ante la luz del mundo su austera e ilustre vida. Amén.
Oración:
¡Oh vos, que según palabras de la Verdad misma, fuisteis en la tierra el más grande de sus servidores, y a quien nos complacemos en considerar en los cielos grande también, por el poder y la gloria que se os han otorgado! Recibid, bienaventurado Juan Bautista, los honores y las felicitacioens que os rinde mi corazón, asociándose a la Santa Iglesia, que hace de vos este día conmemoración respetuosa.
Vos que clamáis en el desierto (Isaías 40:3) para dirigir a los pecadores por los caminos del Señor, haceos oír también de nuestras almas y enderezad nuestros pasos, con vuestra asistencia, por la senda de la virtud que con tanta constancia practicásteis.
Vos, que vinísteis a la tierra para dar testimonio de la luz (S. Juan 1:6-34), alcanzad que esa divina luz nos ilumine, y que rindamos con nuestras obras testimonio de ella.
Vos, que merecísteis la honra de ser feliz precursor del Autor divino de la gracia, haced que este día sea también, mediante vuestros ruegos poderosos, precursor fausto para nosotros del día eterno que esperamos de esa misma gracia, para que os acompañemos en la felicidad de bendecir y ensalzar perpetuamente el supremo poder y la misericordia infinita, de Aquel que hace y recompensa a los santos.
Amén.
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