Yo os adoro, Dios único, Trinidad Sacrosanta, Creador, Conservador, Redentor, continuo Bienhechor mío, Autor y Rey de la naturaleza. Yo os adoro uniéndome con el corazón y el espíritu a cuantos en los cielos y en la tierra os riden este santo homenaje, que sólo a Vos pertenece, e invitando a todas las criaturas a adoraros y a bendeciros como a nuestro Señor Omnipotente y Padre universal.
Por vuestra gracia, mi Dios, creo firmemente cuanto os habéis dignado revelarnos y nos enseña vuestra Santa Iglesia, porque os reverencio como verdad infalible.
Espero con confianza el cumplimiento de vuestras divinas promesas, porque reconozco vuestra fidelidad suprema y vuestra misericordia infinita. Os amo, Señor, porque sé que sois la absoluta y definitiva belleza y la soberana bondad, digno de ser amado sobre todas las cosas; y amo a mi prójimo y quiero amarlo como a mí mismo, por vuestro amor y porque así os agrada a Vos.
¡Oh Dios mío!, recibid benignamente mis acciones de gracias por haberme dado la existencia, porque me dotásteis de alma racional capaz de conoceros y de amaros; porque me redimísteis y me habéis llamado al seno de vuestra Iglesia; porque me habéis conservado la vida hasta este día; porque me habéis perdonado mis innumerables culpas, amándone a pesar de mi indignidad; y finalmente, por todos vuestros beneficios generales y particulares.
Nada poseo por mí mismo, ¡Bienhechor Eterno!, que pueda ofreceros en correspondencia de tantas inenarrables bondades, pero os presento la preciosísima herencia que me dejó mi Salvador Jesucristo, y os suplico permitáis unir a su valor infinito el pobre don de mi ser, que os dedico y entrego reiteradamente, en uso del libre albedrío que os dignásteis concederme. Amén.
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