No importa lo que tú seas: hombre o mujer, viejo o niño, obrero o campesino, soldado, estudiante o comerciante.
No importa tampoco tu credo político ni tu credo religioso.
Si te preguntan qué es lo más importante para la humanidad, responde que antes, después y siempre: la paz.
Señor, danos tu Paz liberadora.
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