San José,
tú siempre te has fiado de Dios, y has tomado tus decisiones guiado por su providencia. Enséñanos a no contar tanto con nuestro proyectos, sino con Su plan de amor.
Tú que vienes de las periferias, ayúdanos a convertir nuestra mirada y a preferir lo que el mundo descarta y pone en los márgenes. Conforta a quien se siente solo, y sostén a quien se emplea en silencio por defender la vida y la dignidad humana.
Amén.
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