Junto a san Eulogio, san Álvaro y san Zoilo, es uno de los grandes monjes de la España visigótica. Nació en Astorga, León, en el siglo VII. A los veinte años marchó a Alcalá de Henares, aunque luego regresaría a su tierra natal para vivir como ermitaño.
Vivió veinte años en una cueva, en soledad, rezando y haciendo penitencia. Su vida austera le dejó tiempo para escribir obras teológicas como "Sobre la vana sabiduría del mundo", "La ley del Señor", y "Los triunfos de los santos". Congregó en torno a él a numerosos discípulos.
Tratando de encontrar una soledad aún mayor, se instaló en otra cueva bajo el monasterio de San Pedro de Montes. Allí recibía igualmente la visita de muchas personas, que acudían para pedirle consejo. En esta cueva escribió su autobiografía.
Y el mismo altísimo y sumo solo Dios verdadero tenga,
y a él se le tributen,
y él reciba todos los honores y reverencias,
todas las alabanzas y bendiciones,
todas las gracias y gloria.
San Francisco de Asís
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