- Segunda visita.
Adoremos a Jesucristo Sacramentado, en acción de gracias por las muchas veces que le hemos recibido, y con él innumerables beneficios.
¡Oh, benignísimo Jesús, Salvador de mi alma! Os doy infinitas gracias por los innumerables beneficios que he recibido de vuestra divina mano, y señaladamente por las muchas veces que os habéis dignado entrar en mi pecho, derramando a manos llenas vuestras misericordias, sin agotarse nunca el copioso raudal de vuestro dulcísimo Corazón, de donde proceden de continuo las inspiraciones y toques interiores con que me llamáis, deseando sujetarme al yugo suave de vuestro amor. Aquí, pues, me tenéis ya rendido a vuestros pies; no quiero resistir por más tiempo a vuestros amorosos deseos. Triunfad y reinad Vos sólo en mi corazón. Que todos os conozcan, amen y correspondan a las finezas de vuestro divino Corazón, para que todos os amemos y bendigamos en la gloria. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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