¿Por qué tienen a los cristianos por tímidos?
El cristiano no teme más que a una cosa: pecar, ofender a Dios.
A los hombres, no; a Dios, sí.
"No temáis a los que pueden matar el cuerpo, y no pueden ir más allá, no pueden matar el alma. Sino a quien habéis de temer es al que puede mandar vuestro cuerpo y alma al fuego eterno".
Este temor, sí, hemos de tener bien metido en nuestro corazón.
Aunque amamos a Dios, hay ocasiones en la vida en que este amor se entibia, y las tentaciones arrecian; entonces teme a Dios, teme su justicia, teme sus castigos.
Dios es bueno y prefiere ser amado, pero como nosotros somos malos y no entendemos muchas veces el amor, por nuestro bien se hace temer y nos amenaza.
Teme a Dios, que es santo y no puede tolerar, a pesar de toda su bondad, el pecado, ni admitir al pecador en su gloria. Y no temas a los hombres, que son pecadores y gozan en el pecado.
Teme a Dios, que es justo y castiga lo que merece castigo, y no temas a los hombres, que son injustos y maltratan la virtud y premian al vicio.
Teme a Dios, que es sabio y te ve todo lo que haces. Y no temas a los hombres, que son tontos y no entienden lo que juzgan.
Teme a Dios, que es tu padre, y no temas a los hombres, que son unos pobretes, como tú, y menos que tú.
Teme a Dios, no servilmente, sino filialmente, por amor.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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