Cuan triste es Dios mío, la vida sin ti,
ansioso de verte, deseo morir.
Carrera muy larga es la de este suelo,
morada penosa, muy duro destierro,
¡oh, dueño adorado, sácame de aquí!,
ansioso de verte, deseo morir.
El amor mundano apela a esta vida,
el amor divino por la otra suspira.
Sin ti, Dios Eterno, ¿quién puede vivir?,
ansioso de verte, deseo morir.
La vida terrena es continuo duelo,
vida verdadera la hay solo en el Cielo,
permite, Dios mío, que viva yo allí,
ansioso de verte, deseo morir.
(Santa Teresa de Jesús)
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