"El ángel san Gabriel fue enviado por Dios a la santa Virgen de Nazareth, y saludándola en los términos más gloriosos, la anunció su fecundidad divina, aguardando el consentimiento de María, que fue seguido inmediatamente de la Encarnación del Verbo".
Oración:
¡Virgen de Nazareth, llena de gracia! ¡Bendita entre todas las mujeres! Al repetir respetuosos a vuestros augustos pies estos angélicos loores, no podemos menos de admirar asombrados la gloria inenarrable de que os revisitió el Señor en aquellos momentos -los más solemnes de todos los tiempos-, en que estuvieron suspensos cielo y tierra del consentimiento que os pedía el Altísimo, para la realización de su más sublime obra.
Vos dísteis tal consentimiento, Señora, y el fiat de vuestra humildad fue la salvación del linaje humano.
Vos dísteis vuestro consentimiento, como sumisa esclava del Señor, y fuisteis hecha madre gloriosa de su unigénito divino.
Dignaos recibir nuestras felicitaciones gozosas y nuestras gracias más fervientes, y alcanzadnos del Dios que encerrásteis en vuestro virginal seno que nos conceda, siempre que le recibamos sacramental o espiritualmente, algunas de las santas disposiciones con que lo recibísteis Vos en su Encarnación adorable.
Amén.