Enséñanos, san José,
cómo se es "no protagonista",
cómo se trabaja sin exhibirse,
cómo se avanza sin pisotear,
cómo se colabora sin imponerse,
cómo se ama sin reclamar,
cómo ser eslabón entre el presente y el futuro,
cómo luchar frente a tanta desesperanza.
Dinos, san José, cómo se vive siendo "número dos",
cómo se hacen cosas formidables
desde un segundo puesto, en el que está nuestra verdadera y oculta grandeza.
Dinos, san José, cómo se sirve sin mirar a quién,
cómo se sueña sin más tarde dudar,
cómo morir a nosotros mismos,
cómo cerrar los ojos, al igual que tú,
en los brazos de la buena Madre.
Explícanos, san José, cómo se es grande sin exhibirse,
cómo se lucha sin aplauso,
cómo se avanza sin publicidad,
cómo se persevera y se muere uno
sin esperanza de un póstumo homenaje,
cómo se alcanza la gloria desde el silencio,
cómo se es fiel sin enfadarse con el cielo,
cómo se hace para ser útil, positivo, generoso, sin necesidad de ser "importante" y, todavía más difícil, cómo se hace para darlo todo, sin ser protagonista, y a pesar de ello, sentir por dentro profunda paz, felicidad y gozo.
¡Enséñanos, buen padre san José!
Amén