Desprecio de los bienes mundanos

25.3.24

Oración para la festividad de la Anunciación del Señor (25 de marzo)

Oratorio Carmelitano


"El ángel san Gabriel fue enviado por Dios a la santa Virgen de Nazareth, y saludándola en los términos más gloriosos, la anunció su fecundidad divina, aguardando el consentimiento de María, que fue seguido inmediatamente de la Encarnación del Verbo".

Oración:
¡Virgen de Nazareth, llena de gracia! ¡Bendita entre todas las mujeres! Al repetir respetuosos a vuestros augustos pies estos angélicos loores, no podemos menos de admirar asombrados la gloria inenarrable de que os revisitió el Señor en aquellos momentos -los más solemnes de todos los tiempos-, en que estuvieron suspensos cielo y tierra del consentimiento que os pedía el Altísimo, para la realización de su más sublime obra.

Vos dísteis tal consentimiento, Señora, y el fiat de vuestra humildad fue la salvación del linaje humano.

Vos dísteis vuestro consentimiento, como sumisa esclava del Señor, y fuisteis hecha madre gloriosa de su unigénito divino.

Dignaos recibir nuestras felicitaciones gozosas y nuestras gracias más fervientes, y alcanzadnos del Dios que encerrásteis en vuestro virginal seno que nos conceda, siempre que le recibamos sacramental o espiritualmente, algunas de las santas disposiciones con que lo recibísteis Vos en su Encarnación adorable.

Amén.


19.3.24

Oración a nuestra Señora, en la fiesta de su esposo San José



Santa Virgen Madre, cuando el mundo católico honra y festeja el glorioso nombre de vuestro digno esposo, ¿cómo dejarían vuestros devotos del Carmelo de felicitaros también a Vos, que tanto debéis gozaros en los honores que se le tributan a San José?

Así, ¡oh María!, recibid -junto con el gran Patriarca que fue vuestro compañero en las penalidades del mundo, y lo es ahora en las delicias del cielo-, recibid nuestros tiernos homenajes, y en solemnidad de la santa fiesta que celebramos, bendecidnos y haced que nos bendiga vuestro divino Hijo.

Así sea en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Cántico:
¡Viva María! ¡Viva José!
Y ellos nos presten santo favor,
para que llenos de fuerza y de fe
servir sepamos al Salvador.
Amén.