Que ese cuerpo que vuelve al polvo del que salió, donde dormirá a la sombra del signo de redención, despierte de nuevo glorioso a vuestro mandato, Señor, y así, goce la vida eterna que Jesús le conquistó.
Dadle paz a sus cenizas, y a su alma el perdón, te rogamos por vuestro Hijo, Padre inmortal.
Requiescat in pace. Descanse en paz.
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