Honor os rindo y gratitud ferviente,
oh Estrella Matinal, Mística Rosa,
del Autor de la luz Madre potente
y del triste mortal Reina piadosa.
No desprecies por pobres mis loores
ni me neguéis jamás vuestra asistencia,
y ve mirando con igual clemencia
a mis deudos, amigos, bienhechores.
También recuerda los dolores
de los que en la noche de la tumba fría
la lumbre aguardan del eterno día.
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