Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

25.7.22

Véante mis ojos



Véante mis ojos,
dulce Jesús bueno;
véante mis ojos,
muérame yo luego.

Vea quien quisiere
rosas y jazmines,
que si yo te viere
veré mil jardines.

Flor de serafines,
Jesús Nazareno,
véante mis ojos,
muérame yo luego.

No quiero contento,
mi Jesús ausente,
que todo es tormento
a quien esto siente.

Sólo me contente
tu amor y el deseo:
de véante mis ojos,
dulce Jesús bueno.

Véante mis ojos,
muérame yo luego.

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