¡Oh santísimo Corazón de Jesús! También los hombres vienen a consagrarse a ti.
Tú los has distinguido con preclaros dones; les has dado dignidad y autoridad en la sociedad humana, fortaleza de alma, grandeza de corazón, vigor de entendimiento.
Pero muchos de ellos viven muy alejados de ti. Unos, enfrascados en sus negocios y sedientos de intereses; otros, sumidos en placeres y entregados a sus pasiones; otros, infautados de su ciencia y soberbios de sus progresos y de sus dignidades, viven muchos como si se bastasen a sí mismos y no necesitasen de ti, ni de tu religión, ni de tu amor. Ni te conocen, ni te quieren conocer; ni te aman, ni te quieren amar. Muchos han abandonado sus puestos y dejan de cumplir sus deberes. Perdónalos, Señor.
Otros, en cambio, te aman de veras, como verdaderos caballeros cristianos, y luchan por tu gloria como leones, y son honor de la Iglesia y de tu amor.
Míralos, Señor, con corazón amante, y haz que conozcan el puesto que ocupan en el mundo y caigan en la cuenta de que ellos más que nadie están obligados a ser cristianos, a conocerte, a amarte, a practicar la religión que tú nos enseñaste. Haz que pongan su honor, no en ignorarte y negarte, como Pedro, o en lavarse las manos, como Pilatos, o en blasfemar y ser descreídos, como Voltaire; sino como San Pablo, en conocerte, en amarte sobre todas las cosas, en ser perseguidos por tu causa y crucificados por tu nombre.
Corazón santísimo de Jesús, haz que los hombres que aquí estamos te amemos más cada día. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
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