Gracias te doy, Señor Dios Padre todopoderoso, por todos los beneficios y especialmente porque has querido admitirme a la participación del sacratísimo cuerpo de tu unigénito Hijo.
Te suplico, Padre elementísimo, que esta Sagrada Comunión no sea para mi alma lazo ni ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón, sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos, aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad y de todas las virtudes; sea perfecto sosiego de mi alma y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo solo, mi verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa muerte. Y te ruego que tengas por bien llevarme a mí pecador a aquel convite inefable donde tú con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus Santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha completa y felicidad perfecta.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com
preciosa oracion
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ResponderEliminarcierto
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