Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

22.9.22

Santa María Magdalena de Pazzi (1566-1607), religiosa



Esta gran santa de la contrarreforma nació en 1566 en Florencia, Italia, en cuyo monasterio carmelitano ingresó en 1582. Dos años después hizo su profesión religiosa.

Santa María Magdalena de Pazzi estuvo sometida a duras pruebas, tanto físicas como espirituales. Junto a santa Teresa de Jesús y a santa Catalina de Siena es considerada una de las grandes místicas de la Iglesia.

En sus "Revelaciones" plasmó algunas de sus visiones y vivencias. Pasó los tres últimos años de su vida postrada en la cama, aceptando con entereza el dolor físico y espiritual.

Mostrando gran celo por la Iglesia, escribió carta a los cardenales y obispos de su tiempo para que emprendieran reformas que ella consideraba necesarias. Murió en 1607, a los cuarenta y dos años de edad. Fue canonizada por Clemente IX en 1669.


Bienaventurado el siervo que devuelve todos los bienes al Señor Dios,
porque quien retiene algo para sí, esconde en sí el talento dado por su Señor Dios, y lo que creía tener se le quitará.

(San Francisco de Asís).



"Subida al Monte Carmelo", de San Juan de la Cruz, actualizada (8)



G. El círculo central está formado por el texto de Jeremías (2, 7):

- Introduxit vos in terram Carmeli ut comederetis fructum eius et bona illius. Hier. 2. (Yo os traje en tierra del Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien).

H. Dentro del círculo se encuentra la sentencia profética:
- Sólo mora en este monte la honra y la gloria de Dios.

I. Bordea la línea superior del arco del mencionado círculo esta leyenda:
- Ya por aquí no hay camino porque para el justo no hay ley; para sí él ya es su propia ley (cf. 1 Tim. 1, 9 y Rom. 2, 14).


21.9.22

"Subida al Monte Carmelo", de San Juan de la Cruz, actualizada (7)



E. Formando un arco de izquierda a derecha se colocan los frutos, virtudes y dones, que son a saber:
Paz, gozo, alegría, deleite, sabiduría, justicia, fortaleza, caridad, piedad.


F. A la altura del círculo central y flanqueándolo se puede leer el estado de santa indiferencia:
- A la izquierda: No me da gloria nada.
- A la derecha: No me da pena nada.


20.9.22

Sin arrimo y con arrimo



Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.




Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo,
todo me voy consumiendo.

Mi alma está desasida
de toda cosa criada,
y sobre sí levantada,
en una sabrosa vida,
sólo en su Dios arrimada

Por eso ya se dirá
la cosa que más estimo,
sin arrimo y con arrimo.

Y aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal,
no es tan crecido mi mal porque,
si de luz carezco,
tengo vida celestial;
porque el amor de tal vida
cuando más ciego va siendo
que tiene el alma rendida
sin luz y a oscuras viviendo.

Hace tal obra el amor,
después que le conocí,
que si hay bien o mal en mí
todo lo hace de un sabor
y al alma transforma en sí.

Y así, en su llama sabrosa
la cual en mí estoy sintiendo,
apriesa sin quedar cosa
todo me voy consumiendo.

"Subida al Monte Carmelo", de San Juan de la Cruz, actualizada (6)



D. En los dos espacios centrales con las rayas señalando a las sendas de imperfección se lee:

- en la de la izquierda (desde arriba): Cuanto más tenerlo quise, con tanto menos me hallé. Y en escritura invertida: ni eso otro, ni eso otro, ni eso otro, ni eso otro, ni eso otro, ni eso otro.

- en la de la derecha (desde arriba): Cuanto más buscarlo quise con tanto menos me hallé. Y añaden: ni eso, ni eso, ni eso, ni eso, ni eso, ni eso.