Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

14.9.21

Luces Vespertinas: 4. Mis ideales



Ideal es lo que cada uno desea llegar a ser. Todo hombre debe tener, y en efecto tiene, algún ideal. ¿Cuál es el mío? ¿Qué quiero yo llegar a ser?

1-. Ideales vanos.
¿Quiero ser rico? Ideal muy mezquino y vano. Al que no tiene más que ese ideal le llaman "asno de oro".

¿Quiero ser glorioso? Entre los ideales vanos, el "menos malo", o el mejor; pero es muy vano, si no se junta con el verdadero mérito; querer gloria sin mérito es ridículo.

¿Quiero gozar? El placer es el ideal más animal y rebajado; el que lo sigue se embrutece.

¿Quiero ser famoso? La fama es un canto de cisne, una meta efímera y caduca y, de gran modo y de muchas formas, lleva a la perdición a quien la alcanza.

Estos ideales no elevan al hombre, lo rebajan y degradan.

2-. Ideales buenos.
Aunque no sean los verdaderos ideales del cristiano, son ideales humanamente y naturalmente buenos. Estos son:

- El saber. La sabiduría es un hermoso ideal; su camino es el estudio, la reflexión, el trabajo y el sacrificio.

- El ser honrado y no manchar la vida con ningún deshonor.

- El ser laborioso y cumplidor de su oficio.

- El vivir alegre y hacer alegres a otros, sin pecado.

- El ser provechoso al prójimo, a la sociedad, a tu pueblo, a la humanidad.

- El ser buen amigo, buen esposo, buen hijo, y sobre todo, buen padre o madre de familia.

3-. Los verdaderos ideales del cristiano.
El mejor: servir a Dios en todo y salvar el alma.

No pecar jamás, diverte a malo, y practicar siempre la virtud, et fac bonum (huye de lo malo y haz lo bueno). El de San Estanislao: "Yo no he nacido para las cosas de este mundo, sino para las futuras". El de San Ignacio: "A. M. D. G." ("
Ad maiorem Dei gloriam", "para la mayor gloria de Dios"). El de Santa Teresa: "Tener a Dios. Sólo Dios basta; quien a Dios tiene, nada le falta". "Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí? ".

El de Jesucristo: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". El del padrenuestro, que es precioso: "Dios nuestro padre, los cielos nuestra patria; glorificar a Dios, servirle como a rey; hacer su voluntad; ganar el pan de cada día; amar a nuestros hermanos; no pecar; y librarnos de todo mal cuanto podamos".

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

13.9.21

Luces Vespertinas: 3. Mis prácticas



El hombre debe ser consecuente; y no hay mayor bajeza que la inconsecuencia. ¿Soy católico consecuente con mis ideas? ¿Soy católico práctico? ¿Tengo prácticas católicas? Es decir: 1º: ¿son católicas todas mis prácticas? 2º: ¿tengo todas las prácticas católicas que debo tener según mis ideas?

1-. Mi conducta, mis prácticas, mis costumbres, mi vida en la sociedad, ¿es digna de un católico, o hago cosas indignas de un cristiano? ¿Cometo pecados mortales? ¿Muchos? ¿Habitualmente? ¿Cuál de ellos sobre todo? No hay cosa peor que un pecado mortal. ¿Cometo pecados mortales y sin reparo ninguno? ¿Y cuales son esos pecados, sobre todo? ¿Me hago mejor o peor cristiano cada día? ¿Me jacto de mis maldades y pecados? ¡Qué bajeza! ¿Cometo pecados de escándalo! ¡Qué falta de responsabilidad! ¿Incito a otros a pecar? ¡Qué maldad!

Los que no obran como católicos, deshonran su religión.

2-. ¿Tengo todas las prácticas católicas que debo tener? Hoy, según una denominación venida de Francia, se dice que practica o no practica de aquel que comulga y confiesa por Pascua, y cuando al menos oye misa todos los domingos. Y cierto, esto es esencial. Al menos, ¿hago esto?

Pero no basta esto. Si de veras soy católico y tengo ideas e instrucción católica y sentimientos y educación cristiana, debo tener más prácticas católicas. Toda mi vida, mi casa, mis usos, mis lecturas, mis amistades, mis negocios, mis diversiones, mis obras de piedad y de caridad, mi vestir, mi comer, mi vivir, todo debe ser cristiano y estar pintado de cristiano y caracterizado de cristiano.

Yo debo ser consecuente con mis ideas. Y además tengo obligación de serlo y de practicar la doctrina cristiana por lo menos en lo que es obligatoria, es decir, en no hacer nada de lo que a ella se oponga, y en hacer lo que ella me mande. Más aún, debería procurar subir a la perfección evangélica.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

12.9.21

Luces Vespertinas: 2. Mis ideas



El hombre debe ser consecuente; y no hay mayor bajeza que la inconsecuencia. ¿Soy católico consecuente con mis ideas? ¿Soy católico práctico? ¿Tengo prácticas católicas? Es decir: 1º: ¿son católicas todas mis prácticas? 2º: ¿tengo todas las prácticas católicas que debo tener según mis ideas?

1-. Mi conducta, mis prácticas, mis costumbres, mi vida en la sociedad, ¿es digna de un católico, o hago cosas indignas de un cristiano? ¿Cometo pecados mortales? ¿Muchos? ¿Habitualmente? ¿Cuál de ellos sobre todo? No hay cosa peor que un pecado mortal. ¿Cometo pecados mortales y sin reparo ninguno? ¿Y cuales son esos pecados, sobre todo? ¿Me hago mejor o peor cristiano cada día? ¿Me jacto de mis maldades y pecados? ¡Qué bajeza! ¿Cometo pecados de escándalo! ¡Qué falta de responsabilidad! ¿Incito a otros a pecar? ¡Qué maldad!

Los que no obran como católicos, deshonran su religión.

2-. ¿Tengo todas las prácticas católicas que debo tener? Hoy, según una denominación venida de Francia, se dice que practica o no practica de aquel que comulga y confiesa por Pascua, y cuando al menos oye misa todos los domingos. Y cierto, esto es esencial. Al menos, ¿hago esto?

Pero no basta esto. Si de veras soy católico y tengo ideas e instrucción católica y sentimientos y educación cristiana, debo tener más prácticas católicas. Toda mi vida, mi casa, mis usos, mis lecturas, mis amistades, mis negocios, mis diversiones, mis obras de piedad y de caridad, mi vestir, mi comer, mi vivir, todo debe ser cristiano y estar pintado de cristiano y caracterizado de cristiano.

Yo debo ser consecuente con mis ideas. Y además tengo obligación de serlo y de practicar la doctrina cristiana por lo menos en lo que es obligatoria, es decir, en no hacer nada de lo que a ella se oponga, y en hacer lo que ella me mande. Más aún, debería procurar subir a la perfección evangélica.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

11.9.21

Luces Vespertinas: 1. Mi religión



¿Profeso alguna religión? ¿Profeso la religión verdadera? Este problema es el más importante de los problemas.

Religión es el conjunto de los deberes que tengo yo para con Dios.

El hombre debe tener alguna religión. O cree en Dios, o creerá en otras cosas, cada vez más inútiles e inservibles. El principal oficio del hombre, del que no se puede librar porque está en su propia esencia, es tener alguna religión. El hombre está obligado a reconocer que Dios es su Dios, su padre, su creador, su conservador, su señor, su juez, su último fin y suprema felicidad. Y por tanto a reverenciarle como a tal, a darle culto, y en fin, a obedecerle.

Es evidente que no todas las religiones son iguales. Porque todas ellas son muy diversas y contrarias entre sí. ¿Tengo yo la verdadera?

La única verdadera es la religión cristiana. Y entre las que se llaman cristianas, la única verdaderamente cristiana es la católica, porque las otras se prueban evidentemente en sus orígenes que son falsas y desviadas. ¿Soy yo católico? Y si no lo soy, ¿por qué no lo soy? ¿Cuándo empecé a no serlo? ¿Y por qué? ¿Acaso he dejado de ser católico por razones convincentes? ¿O por pasión, o por vicios, o por ignorancia, o por vanidad, o por medrar, o por egoísmo, o por atender sólo a los negocios de este mundo, o por ligereza, o por descuido, o por no practicarla? ¿Tengo negligencia en buscar la fe? ¿Miro como secundarios y superfluos los problemas del espíritu, de la vida futura, de la virtud, de la religión?

Acaso dices: "¡Vaya usted a saber cuál es la verdadera!". Pero, ¿he procurado yo averiguarlo? ¿He consultado con alguno que entienda de esto? ¿He leído o leo algún libro sabio en esta materia?

Si yo no soy católico por mi culpa, no me salvo.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

10.9.21

Luces Matutinas: y30. Haz bien lo de cada día



He aquí un buen consejo que te doy al acabar el mes de estas "Luces Matutinas" de cada mañana. Decía uno de los Siete Sabios de Grecia: "Age quod agis". "Haz bien lo que haces". Y mejor lo decía el Eclesiástico: "Haz todas tus obras de un modo excelente". Y de Jesucristo decía el pueblo: "Todo lo hace bien".

Haz bien tú todas las cosas ordinarias.

Créeme que el mérito de los hombres no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer bien las cosas ordinarias y de cada día. Las cosas extraordinarias son, claro está, extraordinarias, y no ocurren sino raras veces; y si estamos aguardando a ellas, poco haremos. Pero haciendo bien lo ordinario nos podremos perfeccionar y santificar.

Lo más extraordinario es hacer bien lo ordinario.

La santidad de lo ordinario es una santidad sólida, segura, constante, provechosa, al alcance de todos. No causa vanagloria, no halaga el amor propio, no choca, pero es muy perfecta. Jesucristo casi toda su vida se pasó haciendo bien las cosas ordinarias, y San José y la Virgen lo mismo.

Es un compendio de la vida santa que simplifica mucho los cuidados y atenciones de la virtud, y un camino que no tiene enredos ni equivocaciones. Haz bien lo de cada día, y sufre bien lo de cada día, y así insensiblemente irás amontonando riquezas de méritos y virtudes sin igual.

Piensa un poco en el porvenir, proque es prudencia; pero no pienses mucho.

Piensa un poco en el pasado, porque es lección; pero no pienses mucho.

¿Para qué quieres pensar demasiado en el mañana, que no sabes si llegará, ni en el ayer, que ya pasó y no tiene remedio? Piensa en el hoy, que es lo único de que puedes disponer al alcance de tu mano.

Ten pureza de intención en tus obras, haciéndolas por agradar a Dios; ten orden en ellas, ten perfección, haciendo bien el principio, el medio y el fin.

Haz bien tus obligaciones diarias y serás virtuoso, feliz, perfecto, por un método el más sencillo de la ascética que darse puede.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |