Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

4.9.21

Luces Matutinas: 24. Vae autem illi! ("¡Ay de aquel...!")



¿De quién? "Per quem scandalum venit!" (de quien escandaliza).

Todos los pecados son horribles, pero el del escándalo es de los más aborrecidos por Dios.

Ha de haber escándalos en el mundo, decía Jesucristo, mas ¡ay de aquel que los dé! ¡Mejor le sería que antes le colgasen una piedra de molino al cuello y lo echasen al mar!

¿Qué es "escándalo"? Es decir o hacer algo que incite a otros a pecar, o los confirme en el pecado.

Acaso digas: "¿es que yo soy escandaloso?". No es difícil hoy ser uno escandaloso, y conviene que odiemos este mal.

Las malas conversaciones con un gran escándalo, y muy eficaz. Sean conversaciones impuras, tan frecuentes hoy aún en personas decentes; sean conversaciones irreligiosas en que sin competencia se mofan unos de la piedad, critican otros sin razón la autoridad religiosa, o se esparcen dudas y vacilaciones sobre la fe.

Las malas amistades y el pertenecer a sociedades malas es otro escándalo, pues da autoridad ante la sociedad a los malos, y les quita el horror con que serían mirados.

Leemos malos periódicos y aún en público, haciendo así que nadie se avergüence de ellos. Asistimos públicamente a espectáculos malos, a cines, teatros, bailes peligrosos e invitamos a otros. Nuestra asistencia es un escándalo.

Quebrantamos en hoteles, restaurantes y estaciones los preceptos de la Iglesia acerca de la abstinencia.

Muchos padres y madres en familia a sus hijos e hijas les quitan la libertad de practicar la religión, de ir a misa, comulgar frecuentemente, confesar donde les conviene, practicar obras de virtud y de celo, y seguir su vocación.

Tener en casa libros malos, novelas livianas, revistas licenciosas, es escándalo.

Los profesores, examinadores, maestros..., cometen hoy muchos escándalos con los pequeños en la enseñanza.

Si eres mujer, debes examinar tus vestidos; si eres caballero, examina los de las mujeres de tu casa.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

3.9.21

Luces Matutinas: 23. Tuve hambre y me diste de comer



¿Quieres que hablemos otra vez de la caridad? ¿Sobre todo en favor de los pobres? ¿Socorrerías a Jesucristo si le vieras con hambre? ¿Le hubieras dado de comer en Egipto? ¿Le hubieras dado de beber en la cruz? ¿Le hubieras negado nada?

Pues bien, el día del juicio habrá muchos a quienes les dirá: "Tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, encarcelado y me consolaste. - ¿Cuándo hicimos tal cosa, Señor?" -, dirán espantados los que le oigan -. "Cuando lo hicisteis con mis pobrecitos, entonces lo hicisteis conmigo".

Pues bien, amigo y buen corazón, mira lo que haces. Hay muchos Jesucristos en el mundo, hay muchos pobres.

Muchos Jesucristos hambrientos, muchos Jesucristos sedientos, muchos Jesucristos enfermos, desnudos, tristes, sin casa, sin descanso, sin enseñanza, llenos de necesidad...

Y a ti te sobra mucho de lo que falta a esos Jesucristos. Tú tal vez comes más de una docena de ellos juntos, y tienes más casa y más vestidos y más regalos y más que diez y veinte y aún cien de ellos juntos. ¿Te parece esto bien?

Ahorra para los pobres. Administra con economía para sacar algo para los pobres. Practica las obras de misericordia. Quita lujos, quita superfluidades, quita derroches.

Tu lujo sea la limosna, tu superfluidad consolar al desgraciado, tu derroche hacer obras de misericordia, tu brillo hacer felices a los necesitados.

Y además de dar, trabaja y haz caridad personalmente. Tú en persona haz algo por los pobres, haz algo por los Jesucristos.

A otros en cambio dijo que les dirá en el día del juicio:

"Apartaos de mí, porque tuve hambre y no me dísteis de comer; tuve sed y no me dísteis de beber; estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y no me visitásteis, en la cárcel y no me consolásteis. - ¿Cuándo, Señor?", - dirán estos espantados -. "Cuando lo estuvieron mis pobres, y no les hicisteis caso".

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |


2.9.21

Luces Matutinas: 22. Y al próximo como a ti mismo



Dime, ¿no te parece muy bien que Dios nos haya mandado a mí y a todos que te amemos mucho a ti? ¿Que te amemos como a nosotros mismos? ¿Que no te hagamos ningún mal? ¿Que te hagamos, al contrario, bien? ¿Que te toleremos, te dispensemos, te ayudemos, te apreciemos, y nunca jamás te despreciemos, ni te quitemos la honra, ni te miremos con indiferencia? Esto te parece muy bien, y con razón. Es un gran beneficio que Dios te ha hecho.

Pero entiende que lo mismo nos parece a los demás respecto de ti, que Dios te haya mandado que nos ames tú, así como nos ha mandado que te amemos a ti.

Jesús decía que este mandamiento es semejante al primero. Es decir, que con la misma fuerza nos mandaba amarle a Él sobre todas las cosas, que amar al prójimo como a nosotros mismos.

Jesús decía que Él nos mediría con la misma medida con que nosotros midiéramos al prójimo; es decir, que nos trataría con la misma caridad o dureza que nosotros hayamos tratado a nuestros hermanos.

Jesús decía que recibiría como hecho a sí mismo lo que hiciésemos a nuestros prójimos; y que aun un vaso de agua dado a otro por su amor tendría su premio.

Jesús decía que nos ponía a los cristianos sus discípulos un mandamiento nuevo, especial, propio del cristianismo, y era que los cristianos nos amásemos especialmente unos a otros, de tal modo que por eso se conociese que éramos discípulos suyos y condiscípulos entre nosotros.

Amas, pues, a tu prójimo.

¡Qué repugnante es el mundo cuando se ve el bullidero de envidias, odios, desprecios, rencorcillos y miserias que hay en la sociedad!

¡Qué poca caridad hay en el mundo! ¡Cuántos odios y rivalidades!

¡Qué poca abnegación y sacrificio! ¡Cuanto interés y amor propio!

¡Qué poca sinceridad! ¡Cuánta farsa ymediocridad!

Y sin embargo, ¡qué hermoso, qué dulce es ser caritativo con el prójimo!

Nunca, jamás hagas mal "a nadie". Siempre haz "a todos" todo el bien que puedas. ¡Como a ti mismo! Te apremiará Dios.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

1.9.21

Luces Matutinas: 21. ¡Con toda tu alma!



El primer mandamiento y el más grande es este: "Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma y con todo tu corazón".

Pero, ¿qué? ¿Era preciso mandar esto? ¿No estaba escrito en todas las cosas, y no lo llevamos impreso en todas las fibras de nuestro ser? ¿No es esta la atmósfera, la voz, el cántico de toda la creación: "ama a tu Dios sobre todas las cosas"?

¿No sientes como San Agustín un corazón grande hecho para amar a Dios? ¿Y no te ves obligado a exclamar como él: "Señor, me has creado para ti, y mi corazón está inquieto hasta que descanse en ti"?

¡Oh, cristiano! ¡Cuánto te ha amado Dios a ti!

Te ha dado cuanto eres, tu cuerpo, tu alma, tus cinco preciosos sentidos, tus tres admirables potencias... Todo cuanto te rodea: tu familia, tus padres, parientes, amigos, tu casa, bienes, muebles... Toda la creación, alimento, vestido, aire, luz, agua, tierra, campos, mar, cielos... Y todo no te lo dió una vez, sino que te lo está dando en cada instante, pues Él es quien lo sostiene todo.

Y fíjate con qué cariño te lo ha preparado todo, no sólo útil, sino hermoso. Qué hermoso es el campo, y la luz, y el agua desde la fuente hasta el mar, y los sonidos y los sabores y los perfumes..., qué variados, qué gratos.

Y acaso a ti te ha distinguido, te ha dado mejor talento, o mejor familia, o mejor riqueza, etc., que a otros.

Y mejor que todo esto es lo sobrenatural. Haberse hecho Dios Hombre, y vivido y muerto por mí. Haberme redimido. Haber fundado para mí la Iglesia, y en ella el culto, los predicadores, los confesores, la jerarquía, el Papa infalible, los milagros, los libros santos, la gracia, los sacramentos... El haberme perdonado tantas veces en la confesión.

Luego le debes ese cariño de querer estar unido contigo: por la gracia habitando en ti como templo; por la comunión como alimento; por la presencia constante en el sagrario.

En fin, le debes la gloria que quiere darte en el cielo unidéndose allí contigo con la más estrecha unión...

¿Hay alguien que te ame más? Pues ama a Dios, ¡pobre criatura!, y pierde todas las cosas, todo lo que sea, antes de ofenderle.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |

31.8.21

Luces Matutinas: 20. ¡Oh María, madre mía!



¡Oh dulcísimo nombre! ¡Oh preciosa figura! ¡Oh suavísima delicia del humano linaje!

Nada en el mundo se presenta a mis ojos más dulce, más amable, más consolador que tú, ¡oh Santísima Virgen con tu divino Hijo en brazos!

¡Oh flor perenne de Nazaret, que sin dejar de ser flor traes contigo el fruto de bendición del linaje humano! Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Yo quiero amarte. Yo quiero ser tu devoto. Porque tú eres vida, dulzura y esperanza nuestra.

Yo pecador, en ti confío, porque por ti se han hecho justos innumerables pecadores.

Yo cristiano, en ti confío, porque por ti se han hecho santos innumerables cristianos.

Yo desterrado, en ti confío, porque por ti han llegado a la patria innumerables desterrados.

Yo reo de innumerables culpas, en ti confío, porque ninguno de los que has amparado tú se ha condenado.

En las paradas de los caminos y en las cruces de los senderos ponían nuestros abuelos tu imagen. Yo también quiero que estés en las paradas de la cuesta de mi vida y del sendero de mi deber, para que cuando llegue cansado, tú presentándome a tu Hijo me digas sonriendo: "¡Un poco más, hijo! ¡Hasta la cumbre!".

¡Soy débil! ¡Dame tu mano!

¡Soy pecador! Ruega a tu Hijo por tu hijo. Tú eres Madre de Dios y madre del reo; Madre del Juez y madre del desterrado; ruega al Hijo Juez por el hijo reo, y alcanza al desterrado el perdón del Juez.

¡Oh cristiano! Sé muy devoto de la Virgen María del Carmelo, y te salvarás. Haz por ella cualquier cosa, nada será suficiente comparado a lo que a ella le debes.

| Preparación: OratorioCarmelitano.com / OratorioCarmelitano.blogspot.com




| Devocionario | | Confesion | | DevocionarioCristiano | | DevotoCristiano |