- Del segundo socorro con que ha de ayudarse la voluntad humana. -
Este segundo socorro de la voluntad humana consiste en echar fuera al príncipe de las tinieblas, como autor de todos los desordenados movimientos de nuestras pasiones.
A este enemigo de nuestra salud lo venceremos y echaremos fuera, todas las veces que venzamos nuestra concupiscencias y deseos desordenados.
Y así, si quieres que el demonio huya de ti, resiste tú a tus pasiones; que esta resistencia es la que, como Santiago dice (Epist. cath. IV), lo ahuyenta. Y debes advertir, que este enemigo a veces nos asalta de tal suerte, encendiendo la concupiscencia de la carne y todas las pasiones, que parece se halla ya el hombre forzado a rendirse; pero no te aflijas ni te acobardes, resístele con valor, y ten por cierto que Dios estará contigo para que no se te haga alguna injuria o engaño. Resístele, te digo, que si resistes y perseveras, te aseguro que vencerás.