Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

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1.8.19

Oración a San Benito por una buena muerte


(Oración de Santa Gertrudis, con la promesa de asistirla a la hora de la muerte):

Glorioso Patriarca, santo padre Benito, os recuerdo aquel favor que el Señor os concedió de honraros con una muerte tan gloriosa, exhalando el último suspiro en medio de la oración, y permitiendo que aún ahora despidáis un perfume tan suave en compañía de los Santos, que todos se deleitan. Os suplico que os dignéis asistirme tan fielmente a la hora de mi muerte, que resistáis al demonio por todas partes donde le veáis redoblar sus esfuerzos contra mí, para que defendido por vos quede libre de todas sus emboscadas y llegue a los goces del Cielo para siempre.

Así sea.

28.7.19

Ofrecimiento a las almas del Purgatorio


Que Jesucristo, muerto y crucificado por nuestro bien, tenga piedad de Vosotras, oh almas afligidísimas, y que por la aspersión de su sangre, os consuele en vuestros tormentos. Yo os encomiendo el amor excesivo que hizo descender de los cielos al Hijo de Dios y le sometió en la tierra a la muerte más amarga; que se digne compadecerse de vuestros dolores, por el amor que manifestó a los afligidos cuando estaba clavado en la cruz.

Y para refrigeraros plenamente, os ofrezco el amor filial, el mismo que Jesucristo tuvo por su Padre en cuando Dios, y por María su Madre en cuanto hombre. Amén.

26.7.19

Oración por las ánimas del Purgatorio y los difuntos


Tened piedad, oh buen Jesús, de las almas que están en el Purgatorio, por cuya salvación os habéis revestido de nuestra naturaleza, y sufrido la muerte más amarga. Tened piedad de sus gemidos, y de las lágrimas que derraman en Vuestra presencia, y por los méritos de Vuestra pasión, dignaos perdonarles las penas debidas a sus pecados.

Que Vuestra sangre, oh buen Jesús, descienda sobre el Purgatorio, que purifique y consuele a los pobres cautivos y afligidos que allí están detenidos. Tendedles vuestra mano, y conducidles al lugar del refrigerio, de la luz y de la paz. Así sea.

Santa Gertrudis.

24.7.19

Salutación a Nuestra Señora


(Salutación revelada a Santa Gertrudis por la Santísima Virgen).

Salve, oh lirio de resplandeciente blancura de la radiante e inmutable Trinidad. Salve, rosa brillante de celestial belleza, de quien el rey de los Cielos ha querido nacer y recibir la leche virginal; socorredme a mí, pobre pecador, ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.

21.7.19

Acción de gracias de Santa Gertrudis


(Acción de gracias de Santa Gertrudis, por los favores concedidos a la Santísima Virgen).

¡Bendita sea mil veces la omnipotencia de Dios Padre, tan digna de ser siempre celebrada! ¡Bendita sea la adorable sabiduría del Hijo de Dios! ¡Bendita sea la admirable bondad del Espíritu Santo!, por la cual la siempre adorable Trinidad ha podido, sabido y querido formar, para nuestra salvación, una Virgen tan llena de gracias y comunicarle con tanta profusión la superabundancia de su divina bienaventuranza. Amén.

18.7.19

Ofrecimiento del Corazón de Jesús al Corazón de María


Os alabo y os saludo, ¡oh Virgen Dulcísima!, en aquella unión tan íntima que os acerca a Dios más que todas las criaturas.

Y para suplir, oh tierna Madre, todas las negligencias que he cometido en vuestro servicio, Os ofrezco el nobilísimo y augustísimo Corazón de Jesucristo, con todos los sentimientos de amor que como Hijo fiel os mostró de una manera tan excelente sobre la tierra, y que en lo sucesivo os mostrará eternamente en el cielo.

Amén.

(Oración revelada a Santa Gertrudis).

23.5.19

Acto de fe y adoración


Os saludo, oh nobilísimo Cuerpo y preciosa Sangre de mi Señor Jesucristo, verdaderamente presente bajo esta apariencia de pan. Os adoro con la misma reverencia y devoción con que los nueve Coros de los ángeles Os veneran y honran. Me postro delante de Vos en espíritu de humillación, creyendo y confesando que Vos, mi Señor y mi Dios, estáis aquí realmente presente.

Os saludo, oh nobilísimo Cuerpo de mi Salvador Jesucristo, verdadera hostia inmolada en la Cruz. Os adoro uniéndome con aquella adoración que Vuestra Humanidad dió a la Divinidad, y Os doy gracias con el afecto de todas las criaturas de haberos dignado anonadaros así por nuestra salvación.