Semana en el Oratorio

Desprecio de los bienes mundanos

19.2.20

Novena a Santa Bernadette Soubirous, vidente de Lourdes


Biografía breve
Santa Bernadette (7 de enero de 1844 - 16 de abril de 1879), nació en el seno de una familia pobre en la ciudad de Lourdes, en el sur de Francia. Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, cuando tenía 14 años, relató 18 apariciones de "una pequeña dama". A pesar del escepticismo inicial, las apariciones finalmente fueron reconocidas después de una investigación canónica. Tras las apariciones se retiró a un convento, llevando una vida escondida y humilde. Con una salud frágil por el asma que padecía desde joven, contrajo tuberculosis ósea y murió con 35 años. Su cuerpo, exhumado muchos años después, se descubrió incorrupto y en la actualidad está expuesto en la capilla de Santa Bernardita, en Nevers (Borgoña, Francia). El 8 de diciembre de 1933 fue canonizada como santa y su fiesta se celebra el 16 de abril.

- Festividad: 16 de abril (18 febrero en Francia).
- Fecha beatificación: 14 de junio de 1925.
- Fecha canonización: 8 de diciembre de 1933.
- Nacionalidad: francesa.
- Patrona: enfermedades del cuerpo, enfermos, Lourdes (Francia), personas ridiculizadas por su piedad, pobres y pastores.




NOVENA

- DÍA PRIMERO: CONFIANZA
La vida de Santa Bernardita nos muestra lo que la Virgen puede hacer con nuestras vidas cuando nos confiamos a Ella. Nuestra existencia, en manos de Santa María, se convierte en una bendición para todo el mundo.

Oración.
Santa Bernardita, aumenta nuestra confianza en la Santísima Virgen, a quien tuviste el honor de ver aquí en la tierra. Como tú, nos ponemos bajo tu protección, para que siempre podamos mantener viva la pureza de nuestros corazones.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA SEGUNDO: AMOR A DIOS
La primera oración que Nuestra Señora enseña en Lourdes es el signo de la Cruz: Bernadette quedó impresionada por la manera tranquila, amplia y solemne en que la Santísima Virgen se santiguó.

La señal de la Cruz debe hacerse con el corazón, debe ser un acto externo, bello y solemne, pero sobre todo debe ser compartida interiormente con una profesión de fe decidida.

Bernadette vivió íntimamente unida a Jesús, a quien amó hasta el punto de dar su propia vida, y siempre trató de traducir en ella cada gesto y cada palabra, el deseo de su corazón de amar a Dios sobre todas las cosas.

Oración.
Concédenos, Santa Bernardita, que amemos profunda y fielmente al Señor, a quien se lo debemos todo. Intercede por nosotros para que cada acto de nuestra vida sea inspirado por este amor.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA TERCERO: HUMILDAD
Bernadette es sencilla y humilde. Situada en el centro de la atención eclesial, permaneció con los ojos fijos en su pequeñez, sin perderla nunca de vista. Ni por un momento pensó que era más de lo que era. Se consideró una escoba, que se deja detrás de la puerta después de usarla. En su último suspiro, suplicó a la Madre de Dios que rezara por ella, una pobre pecadora.

Nunca aceptó ser un personaje famoso. Nunca hizo el papel de vidente. Siempre quiso ser como cualquier otra.

Oración.
Oh, santa Bernardita, que fuiste elegida por la Madre de Dios por la sencillez de tu corazón, tan especialmente querida por ella, ayúdanos a practicar siempre la humildad y el amor cristiano.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA CUARTO: SUFRIMIENTO
Pensamiento espiritual: "La cruz puede reemplazar todo, pero nada puede reemplazar a la Cruz" (Santa Bernadette).

La salud de Bernadette siempre fue precaria: el asma, que padecía desde que era niña, no le dio ningún respiro; sufrió de un reumatismo articular muy doloroso y en varias ocasiones terribles pérdidas sangre hicieron temer por su vida. A estos sufrimientos físicos se sumaba el dolor por la muerte temprana de ambos padres.

Los quince años de vida en el convento fueron un verdadero calvario de sufrimiento. Los mismos superiores la trataron fríamente, por un designio providencial que excluye a las almas elegidas de la compresión y, a menudo, también la benevolencia de las almas mediocres. Como Nuestra Señora le había anunciado, no estaba prevista su felicidad en este mundo.

Oración.
Santa Bernardita, que con tanta paciencia y con tanta confianza en Dios soportaste los sufrimientos de la contradicción moral cuando hablaste con la Virgen del Cielo, y soportaste los dolores físicos de la enfermedad, obtén para nosotros esta misma sumisión tuya al sufrimiento también en nuestras vidas.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA QUINTO: ORACIÓN
Santa Bernadette solía decir, en su simplicidad: "A la Virgen le agrada que se le rece". ¿Por qué a la Virgen le gusta que le oren? La razón es profunda: es porque orar, abriendo el corazón, es útil para nosotros, porque nos puede cambiar y acercarnos a ella, obtener grandes gracias para nosotros y, sobre todo, convertirnos.

Porque finalmente aprendemos a confiarnos totalmente a ella, con total confianza, sin reservas, sospechas o temores. Porque nos damos cuenta de que tenemos una Madre, inmensamente buena. Que al Hijo puede pedirlo todo, para que pueda hacerlo todo. Y que ella es la Mediadora de todas las gracias.

Oración.
Danos, Santa Bernardita, tu confianza para rezar a Dios, por intercesión hacia su Hijo de la Virgen María, por todas las necesidades en las que nos encontramos, como te enseñó la Divina Madre en Massabielle.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA SEXTO: ABANDONO A LA VOLUNTAD DE DIOS
Bernadette es fuerte y valiente. En el cumplimiento de las tareas que la Virgen le confía, es precisa, escrupulosa y decidida. Las realiza a la perfección, hasta el final, independientemente de sí misma y de las posibles consecuencias desafortunadas. Ella quiere hacer feliz a la Virgen y así cumplir plenamente la Voluntad de Dios. En su fragilidad no teme a las autoridades civiles y religiosas, sino que se enfrenta a ellas con calma, gracia y autoridad. Al final, se impondrá con la fuerza de la verdad.

Oración.
Oh santa Bernardita, que fuiste un instrumento dócil a la Voluntad de Dios, expresada a través de Santa María, enséñanos a obedecer fielmente a Dios y a someternos generosamente a todo lo que Él nos pide.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA SÉPTIMO: CARIDAD Y POBREZA
Bernadette, desde niña, ayudó en el cuidado de los enfermos, en los servicios de la cocina, en la atención a los niños. Vivió en una familia profundamente pobre y probada. Su amor por la pobreza es desconcertante: la pobreza era para ella la mayor riqueza que tenía. No había en ella ningún fanatismo exagerado, sino una firme decisión para evitar que la gracia de haber visto a la Virgen pudiera suponer una ventaja material para ella y su familia.

Oración.
Queremos parecernos a ti, Santa Bernardita, en tu amor por la pobreza y por el hombre y convertirnos en instrumentos dóciles de la Providencia para el bien del prójimo.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA OCTAVO: PENITENCIA
"Penitencia, penitencia, penitencia" son las palabras de la Virgen a Santa Bernardita.

La petición de la Virgen la llevará a aceptar su cruz.

Después de las apariciones, Bernadette se retiró a Nevers en el convento de Saint-Gildard, en la Borgoña francesa. Aquí, en el silencio y la ocultación, en la oración y en los terribles sufrimientos del cuerpo y del espíritu, en el cuidado apasionado de los enfermos, concluirá su corta vida en la tierra. En su lecho de dolor exclamará: "estoy molida como un grano de trigo. Nunca imaginé que tendría que sufrir tanto por el Amor de Jesús y de María".

Oración.
Haznos entender, santa Bernardita, la necesidad de mortificarnos para nuestra salvación personal e interceder por el perdón de los pecados de nuestros hermanos, como tú nos has transmitido a través de la palabra de la Reina del Cielo.

Padrenuestro, Avemaría, gloria.



- DÍA NOVENO: VIDA INTERIOR Y VIDA ETERNA
El 16 de abril es el día en que, en 1879, Santa Bernardita nació en el cielo, después de su largo sufrimiento.

Expiró a las tres de la tarde, un miércoles de la semana posterior a la Pascua. Sus últimas palabras fueron: "Santa María, Madre de Dios, ruega por mí, pobre pecadora". Entonces dijo: "Tengo sed". Así, entrando en la alegría del paraíso, sació su sed de Dios.

Oración.
Queremos vivir como tú, Santa Bernardita, siempre bajo la mirada de Dios y de la Virgen María.

Obtén para nosotros la gracia de asemejarnos especialmente a ti en esto.


Padrenuestro, Avemaría, gloria.

Santa Bernardette de Lourdes, ruega por nosotros.