¿Y después de la muerte?

¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? (Mateo 16.26).

La gente cree que con la muerte acaba todo... Al revés, con la muerte comienza todo.

Para bien, si te has salvado en el Cielo, para mal si te has condenado en el Infierno.




- FIN DEL HOMBRE Y LA MUJER EN ESTA VIDA
El fin fundamental del hombre y la mujer en esta vida es servir a Dios cumpliendo sus Mandamientos y gozar después en el Cielo; todo lo demás: empleo, trabajo, familia, etc., etc., son medios para cumplir esta finalidad, serle fiel a Dios a lo largo de toda nuestra vida, cumpliendo sus mandatos, condensados en dos: amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos.

- JUICIO
Tras la muerte está decretado que tendremos un juicio particular sobre toda nuestra vida. (Hebreos 9 27-38)

- INFIERNO
Si morimos en pecado mortal, sin confesarnos, sin arrepentimos, nos espera un Infierno eterno de fuego (no de fuego "natural" como el que así se sufre, sino un fuego de tormento), sufrimientos y desesperación para siempre. Y decir "siempre" es eso en efecto: para siempre, eternamente. Donde cada minuto es peor que el anterior. (Mateo 18, 7-9), (Mateo 10, 28), (Lucas 16, 22 - 24), (Mateo 26,41), (Mateo 8,11-12), (Mateo 5,22), (Mateo 13, 41-42), (Marcos 9, 42-43), (Juan 4, 5 - 6), (Mateo 7, 19), (Lucas 3, 17), (Apocalipsis 20, 14 -15), (Mateo 7, 13- 14), (Mateo 25. 46). (Mateo 25.41), (Apocalipsis 14. 11), (Apocalipsis 20. 10), (2 Tesalonicenses 1.9).

- PURGATORIO
Si morimos en gracia de Dios, sin pecado mortal pero sí venial, o habiéndonos arrepentido de nuestros pecados, pero nos queda pena temporal que pagar hemos de ir a purificarnos al Purgatorio. Pena temporal es la que nos queda después de cometer un pecado, arrepentirnos y ser perdonados: el mal hecho siempre hay que compensarlo con buenas obras; si morimos sin haber compensado esta deuda, tenemos que ir al Purgatorio, lugar de purificación del cual se puede salir sufriendo, o recibiendo ayuda exterior mediante oraciones, misas, rosarios, limosnas, etc. (2 Macabeos, 12, 43. 46), (1 Corintios 3. 15).

- LIMBO
Es el lugar donde van las almas de los niños no bautizados y de los adultos buenas personas, pero que sin culpa suya no tan recibido el Bautismo (Juan 3, 5), (Marcos 16, 16), (1 Pedro 3, 18 - 20), (1 Corintios 15, 29). Al final de los tiempos el Limbo quedará vacío, saliendo todas las almas de aquel lugar yendo al Paraíso al aplicárseles a todos los que se encuentran allí la Sangre redentora de Cristo.

- PARAÍSO
Es el lugar donde van las almas limpias totalmente de pecado y pena temporal. En el Paraíso cada minuto es mejor que el anterior (I Corintios 2, 9).

- RESURRECCIÓN
Al final de los tiempos los cuerpos de los condenados y salvados resucitarán, los buenos con cuerpos perfectos, jóvenes (en la llamada "edad perfecta"), inmortales, gloriosos, inmensamente bellos; los condenados, con cuerpos monstruosos, oscuros, pestilentes, horrorosos, tenebrosos y sometidos a todas las lacras que ahora afectan a los seres humanos en esta vida imperfecta, mortal y caduca, que es reflejo de la vida carnal corrupta por el pecado (Mateo 22, 23-32). La paga del pecado es la muerte y, por tanto, todo lo que representa la muerte (corrupción, putrefacción, dolor...) será la herencia de los que mueran en pecado.

- JUICIO UNIVERSAL
Tras la resurrección habrá un Juicio Universal. Toda la Humanidad, desde Adán y Eva hasta el último hombre y la última mujer que haya habido sobre la tierra serán juzgados, unos para confirmar su condena, y otros para manifestar su gloria delante de todos, todo quedará al descubierto: las buenas obras y las malas obras de cada uno (Mateo 25, 31-46). Aunque se desvelarán los malos actos y pecados de los malvados condenados, los pecados que pudieran haber cometido los justos no serán desvelados porque se les ha perdonado "para siempre" y no les serán recordados nunca más.

- MUNDO NUEVO Y VIDA NUEVA
La Tierra, el Universo, o Universos, actualmente en degeneración, serán transformados en otra Tierra, en otro Universo, perfectos, bellísimos, indestructibles e inimaginables para nosotros en belleza, perfecciones, alegrías y gozos eternos en el que vivirán los que se hayan salvado. Los condenados, serán arrojados en el llamado lago de fuego, donde sufrirán eternamente (Apocalipsis 21, 1).

Si no crees esto, mírate en un espejo y comprueba cómo tu mismo cuerpo se va degradando. Y eso es una realidad, la misma que, por mucho que lo intentes, te deja bien patente que de la muerte no podrás escapar. Arregla, pues, ahora tus cuentas, que aún estás a tiempo. Cuando sea tarde querrás hacerlo, y ya no podrás.

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